sábado, 20 de septiembre de 2014

VERANO GRIS: LA VENGANZA DE CHANQUETE

TVE rueda la segunda parte del clásico de los ochenta Verano Azul

Lou Grant.
Tres décadas después, la famosa serie Verano Azul verá una continuación que se estrenará el año 2015. Verano Gris: La venganza de Chanquete, narrará la vida de los protagonistas originales tres décadas después.
Algunos han prosperado, como Pancho, que ahora es un alto ejecutivo del Ayuntamiento de Nerja. Otros, por el contrario, han desaparecido, como Piraña. El orondo niño comilón se suicidó años después durante su estancia en el Servicio Militar, tras matar a su sargento instructor y pegarse un tiro en la cabeza con su fusil en los lavabos de su Cuartel. La muerte de Piraña afectó duramente a su amigo Tito, que arrastra severos problemas de inserción social desde entonces.
La acción arranca cuando Pancho encuentra un certificado notarial en el que descubre que Chanquete, a su muerte, poseía una inmensa fortuna, de dudosa procedencia, que pretendía legar al pueblo de Nerja. Se trataba de un tesoro que tenía escondido y cuya ubicación puede hallarse en un mapa que escondía en su barco La Dorada, el mismo que unos constructores sin escrúpulos levantaron aprovechando la muerte del añorado pescador. Sin perder tiempo, Pancho trata de localizar a sus antiguos compañeros de pandilla de aquel mítico ‘Verano Azul’, a los que no ha vuelto a ver desde 1981, para investigar y tratar de descubrir el tesoro.
A través del Facebook, localiza a Javi, que ahora es un acaudalado industrial casado con Bea, el antiguo amor de ambos. Javi, reticente en un principio, acepta volver a la Costa junto a su ahora esposa Bea. A su vez, Bea envía a una carta a la dirección de Desita, de la que no sabe nada desde 1981. Lo hace sin mucha esperanza, pero para su sorpresa Desita da señales de vida y acuerda encontrarse con ellos en Nerja. Bea también se pone en contacto con su hermano menor Tito. El que fuera benjamín de la pandilla tiene dudas sobre si acudir al encuentro, puesto que teme que los recuerdos del malogrado Piraña hagan mella en su débil salud mental. De Quique no sabe nadie nada. De repente, descubren que nadie sabía cómo se apellidaba y les resulta imposible ponerse en contacto con él.
Reunidos en Cala Chica, Pancho, Javi, Bea, Tito y Desita protagonizan un feliz reencuentro casi 35 años después. El cambio más espectacular ha sido el de Desita, que a base de cirugía se ha convertido en una espectacular y exuberante mujer. Sin gafas ni ortodoncia, el patito feo de la cuadrilla ha mutado a espectacular Femme Fatale despertando el instinto primario de los varones que en su día la despreciaron y la envidia (cochina) de Bea, que de buenorra ha pasado a mujer del montón, con exceso de peso para desgracia de su marido Javi, que se avergüenza de ella.
La antigua cuadrilla se pone manos a la obra en la búsqueda de los restos de La Dorada e inician una investigación que cuenta con pocos visos de prosperar. El desánimo aparece pronto entre unos antiguos amigos de infancia entre los que empiezan a surgir las viejas rencillas. Pancho y Javi se sienten irremediablemente atraídos por Desita, que no deja de zorrear para despertar los celos de Bea.
Desita no sabe que el matrimonio de Bea con Javi es una pura fachada. Bea no le ha podido dar hijos a Javi y le cuenta a Pancho que su marido le engaña y la maltrata. Quiere romper con él y desea caer rendida en los brazos de Pancho, que en la serie original se había enamorado de ella. Sin embargo, Pancho se siente “un segundo plato” y rechaza a Bea. “Tuviste una oportunidad y la dejaste escapar”, le canta Pancho despechado. Bea teme por su vida, puesto que confiesa que Javi bebe mucho y llega borracho y violento por las noches.  “Francamente, querida, me importa un comino”, le replica Pancho, que recuerda a Bea que se han reencontrado para encontrar el tesoro de Chanquete y no para resolver sus problemas personales.
A través de su posición en el Ayuntamiento, Pancho consigue dar con el nombre del constructor que edificó el complejo urbanístico que antaño ocupaba el barco de Chanquete. La pandilla decide tenderle una trampa utilizando de cebo a la despampanante Desita, que ahora se hace llamar Desy. La espectacular Desy seduce al constructor y le lleva a una cala desierta haciéndole creer al veterano constructor que le va a dar una noche de sexo, pasión y lujuria. Nada más lejos de la verdad. Una vez en la playa, la pandilla reduce al constructor para obtener información. Quieren saber qué fue del barco de Chanquete, dónde están sus restos, para encontrar el mapa del tesoro. El constructor se niega a contestar y Javi y Pancho empiezan a torturarle a base de patadas y puñetazos. Insiste en desconocer qué fue de La Dorada.

- “No era más que un viejo barco de madera podrida”, dice sollozando el constructor.
-¡Un respeto, hijo de puta! ¡Nosotros defendimos ese barco guitarra en mano! – le espeta Pancho tras darle un nuevo puñetazo.
-“Ah… ya os recuerdo… Vosotros sois los mocosos aquellos que cantabais lo de ‘no nos moverán’. Estúpidos mocosos… Todavía me acuerdo de aquel gordinflón de mierda que trató de parar mis excavadoras con una chimbera… jajajaja… patético niño gordo…

Las palabras del constructor sacaron de quicio a Tito, que se abalanza sobre el constructor.

-¡Maldito hijo de puta! ¡Era mi amigo Piraña! ¡Y está muerto, maldito cabrón!

Pancho y Javi tratan de reducir a Tito que comienza a estrangular al constructor.
-¡Para Tito, no lo hagas! ¡Le necesitamos vivo! – grita Pancho pensando en el tesoro.

Sin embargo, Tito consigue asfixiar al constructor. Ya no hay nada que hacer. Nunca sabrán dónde está el Barco de Chanquete. Tras deshacerse del cadáver del constructor lanzándolo al agua del mar con una roca atada al cuello, los antiguos amigos de infancia regresan al pueblo. Ya no tienen esperanzas de encontrar el tesoro. Deciden separarse pero, antes de volver a distanciarse, acuerdan acudir al lugar exacto en el que se encontraba el Barco de Chanquete para rendir tributo al añorado pescador con el que vivieron tantas aventuras en aquel inolvidable  ‘Verano Azul’.

Ya no hay barco. En su lugar, un complejo hotelero que Pancho jura derruir desde su posición en el Ayuntamiento. Delante del edificio, de repente, descubren una cara conocida… ¡Es Julia!

Convertida en una cincuentona calentona, Julia ha vuelto a Nerja y se ha comprado un apartamento en el edificio construido donde Chanquete tenía su vivienda. El reencuentro, feliz en un principio, se torna en una discusión cuando Pancho y Javi censuran el comportamiento de Julia.
-¿Cómo has podido comprarte un apartamento aquí? ¡Chanquete no te lo perdonaría!

-¿Qué no me lo perdonaría? ¡Vosotros no tenéis ni idea de cómo era Chanquete! ¡Chanquete no era quien vosotros creéis! ¡Chanquete hacía cosas al margen de la ley! Chanquete no estaba limpio! ¿Cómo pensáis que amasó la fortuna de su tesoro?

-¡Así que tú también sabías lo de su tesoro! – replica Javi sorprendido.

-¡Y no nos dijiste nada! ¡Qué decepción, Julia, qué decepción! – dice Pancho humillado.

-¡Todo el mundo lo sabía! ¡Todos sabían que Chanquete transportaba drogas en su barco! ¡Así amasó su fortuna! ¡Yo nunca quise saber nada de su dinero sucio! ¿Queréis saber dónde lo guardaba? ¡Buscad en La Cueva del Gato Verde! ¡Ya se lo dije a Quique hace muchos años!

-¿¿¿A Quique??? –gritan todos.

-¡Sí, a Quique! ¡Quique lo sabía todo! Quique siguió un día a Chanquete en bicicleta y descubrió a Chanquete llevando fajos de dinero a la cueva. Chanquete le sobornó y le compró una bicicleta nueva a cambio de su silencio. Le dijo que no dijera nunca nada. ¡Por eso no hablaba casi nunca, imbéciles!

-Hijo de puta… -lanza Pancho.

-Ahora lo entiendo todo… -solloza Bea entre lágrimas…

-¡Y por qué no nos dijiste nada, Julia, por qué, por qué! –grita Tito mientras se lanza al cuello de Julia.

-Agghggggg… Suéltame Tito…aaggjjjaaaa… Suéltame…

-¡No Tito, no la mates, la necesitamos viva! – grita Pancho pensando en el tesoro.

Sin embargo, Tito consigue asfixiar a Julia. Ya no hay nada que hacer. Tras deshacerse del cadáver de Julia lanzándolo al agua del mar con una roca atada al cuello, la pandilla se monta en un Land Rover y van pitando a la Cueva del Gato Verde, con la esperanza de encontrar el tesoro de Chanquete. Una vez en la entrada de la gruta, Pancho insta a Javi a entrar en el pasadizo con una cuerda. Javi se niega. Cree que Pancho quiere deshacerse de él para quedarse con su mujer Bea.
-¡Y una mierda entro yo ahí! ¡Seguro que después cortas la cuerda para huir junto a Bea!

-¿Con Bea? ¡Toda para ti, yo no la toco ya ni con un palo! –responde Pancho.

-¡Pues bien que me la querías quitar hace treinta años! –replica Javi.

-¡Sí, cuando estaba buena, no te jode! ¡Mira en qué la has convertido! –le dice Pancho.

-Buuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! –Llora Bea, que presencia la discusión de los dos gallos de la pandilla.
-¡¡¡Basta ya!!! –grita Tito enfurecido. -¡Os recuerdo que estáis hablando de mi hermana! ¡Ahora mismo entráis los dos a la cueva cagando leches, o me tiro a vuestros cuellos, cabronazos!

-Vale, vale… Ya vamos, ya vamos… -apunta Javi tratando de calmar a su ahora cuñado.

Pancho y Javi se introducen en el pasadizo de la Cueva del Gato Verde, arrastrándose por el diminuto pasadizo. Al llegar al final, encuentran una cavidad en la que sólo hay un papel. Se trata de una nota. Al leerla, se quedan petrificados.
“Llegáis tarde, pringaos. Ja-ja. Firmado: Quique”.

¡¡¡HIJO DE PUTA!!! –gritan al unísono Pancho y Javi.
DOS MESES DESPUÉS…
El verano está llegando a su fin. En una terraza de Torremolinos, un hombre adinerado apura una copa en una terraza de lujo situada frente a su yate de doscientos metros de eslora bautizado con el nombre de ‘La Dorada 3’. De fondo, se escucha la canción del Dúo Dinámico ‘El Final del Verano’. Junto a él se sienta una rimbombante mujer.

-Hola guapo… ¿Tienes algún plan para esta noche?
-A lo mejor.
-Bueno, pues… Igual quieres que te acompañe, ¿no?
-A lo mejor.

-Yo… te puedo hacer pasar una noche que no olvidarás nunca… ¿Te interesa?

-A lo mejor.
-Ya veo que no eres muy hablador, no… No has cambiado mucho…

-¿Perdón?

-Nada, nada… ¡Que si quieres que echemos un polvo joder, no ves que estoy muy buena!

-A lo mejor… Bueno… Mira, ese es mi yate. ¿Quieres?
-Claro, claro… Verás lo bien que lo vamos a pasar esta noche, verás…

Hombre y mujer entren en ‘La Dorada 3’. En el camarote principal, chapado en oro macizo, la mujer se desnuda frente al hombre, que parece un poco alelado y no habla mucho… El espectacular físico de la hembra deja boquiabierto al millonario, que se deja tumbar en la cama y es esposado por la mujer que le va a dar una noche que no olvidará… nunca…
-Bueno, bueno, bueno… ¿Así que no sabes quién soy, verdad, QUIQUE?

-Eh??? ¿¿¿Me conoces???

-No me conoces tú a mí, Quique… ¡¡¡Soy Desita!!!
-¿¿¿QUÉ??? ¿¿¿DESITA??? ¿¿¿ERES TÚ???
En ese momento, por la puerta del camarote entra un grupo de individuos cuyas caras le resultan familiares. Han pasado más de treinta años, pero los recuerdos fluyen de repente y le retrotraen al Verano Azul de 1981. Aquel verano en el que un día, siguiendo a Chanquete en bicicleta sin que el pescador lo supiese, descubrió el lugar en el que escondía millones y millones de pesetas obtenidos del tráfico de sustancias prohibidas. Cuando Chanquete murió, envenenado por el corrupto constructor que deseaba edificar en el lugar en el que se encontraba emplazado el barco de Chanquete, ocultó la historia a sus amigos y años después regresó a la Cueva del Gato Verde para recoger la fortuna y pegarse la gran vida.

-Pero, pero… ¡Cómo me habéis encontrado! – exclama Quique muerto de miedo.
-Nos ha costado dar con tu paradero, maldita rata… -le responde Pancho.

-Tuvimos que poner la casa de Julia patas arriba para encontrar alguna pista –añade Javi. – Lo sabemos todo. Tú compraste el silencio de Julia a cambio de una buena cantidad de dinero. Dinero con el que se compró su apartamento. El apartamento del edificio construido en el suelo del barco de Chanquete

-Pe… pe… pero… ¿Y Julia? –pregunta Quique.

-Está muerta…. ¡Yo la mate! – le cuenta Tito.

-¡Oh… No… Estoy perdido! ¿Qué me vais a hacer? ¡No me matéis! ¡No! ¡NOOO! Aún tengo mucho dinero… ¡Lo podemos compartir! ¡Está en mi caja fuerte!
-¿Dónde está la caja fuerte? –pregunta Javi con cara de pocos amigos.

-Está en el sótano del yate… Por favor… No me matéis y compartamos el dinero como buenos amigos… ¡Por los buenos tiempos! ¡Por Chanquete!
-¿Chanquete? ¡Chanquete ha muerto! ¿No lo recuerdas? ¡Chanquete ha muerto! ¡Ha muerto Chanquete! –grita Pancho fuera de sí.

-Pero no te preocupes, Quique… Enseguida estarás con él… ¡Tito, ataca! –ordena Javi.
-NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO… -Agghggggg… Suéltame Tito…aaggjjjaaaa… Suéltame…

-¡No Tito, no le mates, le necesitamos vivo! – grita Pancho pensando en el dinero. –¡Necesitamos la combinación de la caja fuerte!

Sin embargo, Tito consigue asfixiar a Quique. Ya no hay nada que hacer. El traidor de la pandilla ha fallecido con la lengua fuera, los ojos desorbitados y azul como el culo de un Pitufo.

-¡¡¡Maldito gilipollas!!! ¿Por qué lo has hecho? ¿Por qué le has matado tan pronto? –grita Pancho, que saca un revólver.
-¡Pffffffff! ¡Guarda esa pistola! ¡No tienes huevos para apretar el gatillo! –le reprocha Tito.

-¿Qué no tengo huevos? ¿Qué no tengo huevos?
BANG.

Pancho realiza un disparo a quemarropa en la cabeza de Tito, que explota como una sandía lanzada contra el suelo. Sus sesos salen despedidos y ponen perdida a Desy, que sigue desnuda. Cubierta de sangre, empieza a gritar como una loca. Bea también empieza a gritar.
-NOOOOO… ¡Mi hermano, mi hermano, has matado a mi hermano Tito!

Bea se abalanza al cuello de Pancho. Además de haberla rechazado en el amor, ha matado a su hermano y quiere vengarse.
-NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO… -Agghggggg… Suéltame Bea…aaggjjjaaaa… Suéltame…

-¡No Bea, no le mates, le necesitamos vivo! – grita Javi pensando en el dinero.
Sin embargo, Bea consigue asfixiar a Pancho. Ya no hay nada que hacer. Está muerto. Javi recoge del suelo el revólver de Pancho. Apunta a su mujer Bea y le pega un tiro en la cabeza.

BANG.
Los sesos de Bea salen despedidos y ponen perdida, otra vez, a Desy, que sigue desnuda. Cubierta de sangre, sigue gritando como una loca.

-Cállate Desy

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH

¡Calla! ¿No ves que es lo mejor que nos podía pasar?

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH

-Ahora estamos solos tú y yo.

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH

-¿Por qué no reventamos la caja fuerte y nos vamos tú y yo con el dinero?

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH

BANG.
Silencio.
Javi le ha pegado un tiro a Desita.
El panorama del camarote del yate ‘La Dorada 3’ es dantesco. Quique esposado a la cama y estrangulado. Tito con la cabeza reventada de un disparo. Pancho estrangulado en el suelo con una expresión grotesca. Bea con un orificio en la cabeza sangrando a borbotones. Desita, desnuda, cubierta por los sesos de sus amigos y con un agujero de bala en el corazón…
Javi tira la pistola al suelo y baja al sótano del yate donde, efectivamente, se encuentra la caja fuerte de Quique. Se arrodilla delante de la caja mientras vuelve a sonar la canción del Dúo Dinámico ‘El Final del Verano’. Vemos imágenes de la serie original. Son recuerdos de la pandilla, cuando eran críos. Javi parece tener remordimientos. Son recuerdos de aquel Verano Azul de 1981.

1981.

Quizás esa sea la combinación de la caja fuerte.
-UnoNueveOchoUno

CLACK!!!

La puerta de la caja fuerte se abre. Una expresión de inmensa alegría invade la cara de Javi. ¡El dinero de Chanquete es suyo! Mete la mano y lo primero que saca es un papel. Es una nota. La abre y lee:

“Llegáis tarde, pringaos. Me lo he gastado todo. Ja-ja. Firmado: Quique.
PD. Mira lo que hay en el fondo de la caja”.
Javi, aterrorizado, asoma la cabeza de nuevo a la caja fuerte y ve un cronómetro que marca: Cinco, cuatro, tres, dos

-HIJO DE PUUUUTAAAAAAAAAAAAAAA!!!
Una terrorífica explosión hace temblar la Costa. El yate ‘La Dorada 3’ salta por el aire hecho pedazos mientras empieza a sonar la sintonía original de Verano Azul. Los silbidos se mezclan con las terroríficas imágenes del fuego y las explosiones.

El Verano Azul se ha convertido en un Verano Gris.

Desde la redacción de Hay que estar al Loro pedimos disculpas a los guionistas de la serie por desvelar algunos detalles de la trama de la historia. Y recuerden. La avaricia es mala.

miércoles, 1 de enero de 2014

SE ATRAGANTA DURANTE LAS DOCE CAMPANADAS

El muy burro tomaba manzanas en lugar de uvas

El Boss.
Un bruto, porque no se le puede llamar de otra manera, tuvo que ser hospitalizado durante la pasada madrugada aquejado de un descomunal atragantamiento que casi se lo lleva por delante. El paciente, que fue trasladado a un centro sanitario en ambulancia, no tuvo mejor idea que celebrar las Campanadas de la Nochevieja tomándose manzanas en lugar de uvas. El muy idiota no llegó a la octava campanada. "Se puso morado por segundos y hacía gestos evidentes de asfixia", comenta su pareja, afectada aún por el terrible susto.

Según ha podido saber 'Hay que estar al Loro', hubo una apuesta de por medio. El protagonista de esta rocambolesca historia se pasó la cena previa a la medianoche de ayer, 31 de diciembre, discutiendo con su cuñado. No se deben de llevar muy bien. "Se pasaron la cena picándose el uno al otro", admite un familiar que no ha querido identificarse. Al parecer, el afectado aseguró a su cuñado que terminaría de comerse las uvas antes que él, a lo que el 'cuñao' respondió que sería él quien terminaría primero "incluso tomándose dos uvas por campanada en lugar de una". Como había que ver quién la tenía "más larga", por así decirlo, el bruto aseguró que dos uvas por campanada no eran nada y que él se tomaría "manzanas" en lugar de uvas. "No tienes cojones", le espetó el cuñado. "Vaya que si los tengo. Y bien grandes y peludos. Y te lo voy a demostrar", respondió en plan macho total.

La apuesta estaba hecha. Llegaron las doce de la noche y con la llegada de las campanadas, el bruto empezó a tragar manzanas. Una campanada, una manzana. Segunda campanada, segunda manzana, engullida a toda velocidad, sin apenas masticar... Tercera campanada... tercera manzana... Ya le costaba un poco más. Cuarta campanada, cuarta manzana que devoró ya con dificultad... Quinta campanada, quinta manzana que se metió en la boca casi a puñetazos porque no cabía ya un alfiler en su cuerpo... Sexta campanada y sexta manzana... Con arcada y todo incluida... Séptima campanada... y séptima manzana... Y ahí se quedó la cosa...

"Empezó a abrir los ojos como si fueran platos, emitía sonidos guturales pero hacía gestos evidentes de que algo no marchaba bien", apunta su compañera sentimental. "Se calló de espaldas al suelo y empezó a patalear señalándose la traquea, que estaba a punto de reventar", añade asustada, la pobrecilla.

Rápidamente llamaron a una ambulancia que llegó al domicilio en el que se produjeron los hechos sorteando cohetes, petardos y toneladas de serpentinas. Cuando llegaron a la casa del bruto, se encontraron al paciente en las últimas, a punto de ahogarse y con el estómago a reventar de tanta comida y tanta manzana. Uno de los sanitarios tomó la determinación de soltar un puñetazo en el vientre del voraz kamikaze para desatascar aquello... "La puta que le parió", recuerda el facultativo. "Parecía un volcán en erupción. Empezaron a salir las manzanas, casi enteras y sin masticar, con restos de turrón, carne, pavo, sopa de pescado, lechuga, dulces, mejillones... El hijoputa se había comido hasta las sobras", relata el sanitario, que logró salvar la vida del paciente. Lo puso todo perdido, pero al menos salvó el pellejo.

El bruto, que por petición expresa de la familia no ha querido ser identificado, fue trasladado al ambulatorio más cercano para que le hiciesen un lavado de estómago en condiciones, fue posteriormente ingresado para comprobar su evolución. Al parecer, se encuentra fuera de peligro pero humillado y consternado por lo sucedido. Vaya manera de empezar 2014. Hay que estar al Loro.