Hay que estar al Loro cumple su tercer aniversario
Editorial.
Parece que fue ayer cuando iniciamos esta aventura periodística, pero han pasado tres años. Durante todo este tiempo, hemos luchado para sacar a la luz todo aquello que no aparece en los medios de comunicación de masas. Hemos aportando nuestro singular punto de vista para centrar nuestro foco informativo en los hechos que otros, por desgracia, ignoran.
Somos un medio de comunicación independiente y hemos trabajado duro para tratar de que tú, estimado lector, estés al loro. Para que sepas lo que pasa por ahí. Porque si no sabes lo que pasa por ahí, no estás al loro. La información es poder. El que está informado, por tanto, tiene poder. Y el que puede es poderoso. Si quieres ser poderoso, debes tener poder. Y como la información es poder, para ser poderoso debes estar informado. Y para estar informado debes estar formado. Si no estás formado, no estarás en disposición de estar informado, y eso significa que no tendrás poder. Y burro serás.
Creemos, de manera firme, que es necesaria la existencia de medios como Hay que estar al Loro. No corren buenos tiempos para la prensa. Es cierto. Vivimos una época marcada por el desencanto, la desesperación y la falta de perspectivas reales de futuro. En otras palabras, estamos condenados a la desilusión y al hastío. Al fracaso. Pero no podemos caer en el pozo de la amargura. Hay que recuperar el pulso y tratar de encontrar la manera de abrirnos paso en el lodazal de ponzoña e inmundicia que inunda nuestra sociedad y nuestro mundo.
Podemos mejorar. Pero para ello hay que ser más fuertes. Más poderosos. Más cultos. No podemos seguir dando la espalda al conocimiento y a la información. ¡Hay que estar al Loro! Ahí es donde entramos nosotros. Contamos con un equipo de profesionales de un nivel extraordinario. Y estamos aquí para servirles a ustedes. Aunque no nos hagan ni puñetero caso.
Si. También sabemos reconocer nuestros errores. Básicamente, se puede decir, sin ningún tipo de tapujo, que estamos haciendo el gilipollas. Perdemos el tiempo de manera miserable. Pero nos da igual. Por lo menos, nuestras conciencias estarán tranquilas. Si algún día hincamos la rodilla y el apocalipsis se apodera de nuestro universo, podremos cerrar la puerta sabiendo que hicimos lo posible para que nuestros semejantes fuesen un poco más dignos. Para que estuviesen al loro.
Desde este pequeño rincón digital, entonamos el mea culpa y proclamamos a los cuatro vientos... que llevamos tres años haciendo el gilipollas. Pero que estamos dispuestos a seguir haciendo el gilipollas otros tres años más. Bueno, igual no. Pero a día de hoy sí que lo pensamos.
Ale. Queda dicho. ¡Feliz cumpleaños! ¡Hay que estar al Loro!
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