El irascible fulano pagó caro su mal comportamiento con los pequeños
Agencias.
La Noche de Halloween terminó siendo realmente funesta para el cascarrabias del pueblo. Siguiendo la tradición anglosajona, grupos de niños recorrieron las casas del municipio llamando de puerta en puerta solicitando el ya clásico “truco o trato” para conseguir dinero, comida, dulces, caramelos y todo tipo de golosinas. Pero todos se toparon con la vivienda del gruñón de turno que despachaba a los más pequeños con muy malos modos. Algunos testigos denuncian cómo llegó a sacar del jardín de su residencia a un pequeño de apenas cuatro años a empujones mientras el pobre chavalín lloraba disgustado. “Fuera de mi propiedad”, gritaba el desalmado ante la mirada de otro grupo de pequeños que no entendían la actitud del susodicho.
Los incidentes se registraron a partir de las 00:00 horas, la hora de las brujas. Los más pequeños se habían retirado y en su lugar aparecieron los más mayorcitos, liderados por Bart Simpson. Tocaron a la puerta del fulano, de manera cordial, pidiendo “truco o trato”, pero por respuesta recibieron un “marcharos a tomar por culo”. Nelson no pudo evitar soltar una de sus famosas risas, pero desde dentro de la vivienda se escuchó un “vete a reírte de tu puta madre”. Y claro, eso ya no le hizo tanta gracia. El de Springfield se acercó al umbral de la puerta y golpeó con fuerza la aldaba pidiendo “truco o trato”, pero ya con un tonillo de mala leche. Desde el interior volvieron a mandarles “a freír espárragos”.
“Fue en ese momento cuando los chicos salieron del jardín y, como contempla la tradición, comenzaron a arrojar huevos a la puerta del gruñón”, explica un testigo. “Eso no le gustó mucho al dueño de la vivienda, y aquí empezaron los auténticos problemas”. Según los informes de la Loca Academia de Policía, el cascarrabias abrió la ventana, sacó una carabina y se lió a tiros con la cuadrilla. Jurando en arameo y cagándose en la madre del de la casa, los jóvenes se parapetaron detrás de unos coches estacionados en la calle para evitar los impactos. A continuación, sacaron sus tirachinas y comenzaron a devolver el fuego contra la casa. “Zipi y Zape empezaron a lanzar afilados guijarros contra las ventanas del segundo piso. Según rompían un cristal se escuchaba al de dentro cagarse en todo lo que se movía”. A continuación, Daniel El Travieso agarró la tapadera de un cubo de basura metálico y, utilizándolo a modo de escudo, se acercó a la puerta de la casa cubriendo a Bart Simpson. Los rubiales colocaron un petardo de gran potencia en el umbral de la vivienda y se retiraron a una distancia prudencial mientras Nelson hacía fuego de cobertura con un tirachinas y una cerbatana.
“Se escuchó una explosión y la puerta voló por los aires. En ese momento Zipi y Zape, como si fueran dos agentes de los GEO, penetraron en el interior reventando varios jarrones chinos de gran valor con sus tiragomas de precisión. El cascarrabias se había subido al piso superior para seguir disparando, ahora con un trabuco, desde lo alto. Nelson trataba de mantenerlo a raya mientras que Daniel El Travieso manipulaba la bombona de butano de la cocina y Bart echaba abajo muebles y rompía una tele de plasma de 50 pulgadas empujándola desde una mesa de medio metro de altura. Daniel El Travieso salió de la cocina con un cachorro de perro bajo el brazo pidiendo a gritos que todo el mundo dejara la casa. Nelson, desde el jardín, cubrió la retirada de Daniel, Bart y Zipi y Zape, que se echaron al suelo antes de escucharse una tremenda explosión. El malhumorado cascarrabias saltó por la ventana impulsado por una honda expansiva que le lanzó contra el césped de su jardín, que quedó hecho un percal con los restos de su volatilizada choza. El trozo más grande, el buzón del Correo.
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