viernes, 23 de septiembre de 2011

ADIÓS CON EL CORAZÓN, QUE CON EL ALMA NO PUEDO

Despedimos un verano extraño en lo meteorológico

Paco Montesdepato. Área de Meteorología.
No nos gusta, pero no hay más remedio. El calendario no da tregua y el verano que recibimos con alegría y alborozo se nos va. Promete volver el año que viene, si Dios quiere, como matizaban nuestras abuelas.

No tenemos muy claro si en el norte van a recordar con cariño este verano tan extraño en el que han tenido que ver el sol en fotografías durante buena parte del mismo. Julio fue muy raro, es cierto.

El otoño es duro y gracias a no se qué mentes bienpensantes de los cojones se hace aún más insufrible con el odioso cambio de hora de las narices. En base a un supuesto ahorro energético que la gente de a pié no termina de entender se adelantan una hora las agujas del reloj para… para que se haga de noche antes y encendamos las luces antes. Qué placer ese de salir de la redacción a las seis de la tarde y encontrarse con una completa oscuridad, una noche cerrada que te insufla un subidón de alegría que no te puedes aguantar. Luego nos extraña que exista el síndrome post vacacional. Pero bueno, no adelantemos acontecimientos, que aún quedan unas semanas para que eso ocurra.

Hasta entonces, tendremos que acostumbrarnos a la idea de que los días son cada vez más cortos. Y las noches más cortas. Aprovechemos los días de sol que aún lleguen y, para que el mal tiempo no nos coja desprevenidos, vayan dejando a mano algunas prendas de abrigo. Nuestros expertos anuncian... el tiempo clásico otoñal. Para qué vamos a andarnos con más historias si luego no damos ni una en nuestros pronósticos. ¿Quieren saber qué tiempo vamos a tener? Pues asómense a la ventana y lo verán.

Y recuerden que no por mucho madrugar amanece más temprano. Así que no sean tontos y quédense en la cama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario