La estrella nipona de ‘Campeones’ se pierde el Mundial de Sudáfrica 2010
Deportes.
Rotura del menisco externo e interno y del ligamento cruzado posterior de la rodilla derecha. Esguince en la rodilla izquierda con luxación de frenillo y artrosis. Fractura de tibia y de peroné de la pierna derecha por tres lugares diferentes y rotura del fémur y del tobillo izquierdo con desgarro muscular grave de grado tres e infección con desgaste de cuadriceps. El escalofriante parte médico no deja lugar a la duda. El carismático jugador de fútbol japonés Oliver Atton se pierde el próximo Mundial de Fútbol de Sudáfrica y con un poco más de mala suerte podrán apostar en Internet a que no volverá a jugar un partido de fútbol en su vida a no ser que se compre el FIFA 2010 para la PlayStation.
El estropicio acaeció en un lance fortuito durante un partido amistoso que enfrentaba al New Team de la serie ‘Campeones’ y al King de la memorable ‘Supergol’ (Ganbare! Kickers). Lo que prometía ser un bonito espectáculo de fútbol terminó como el Rosario de la Aurora y pasará a los anales de la Historia del fútbol por la monumental tangana que protagonizaron los jugadores de los dos equipos y por la tremenda lesión del ‘Capitán Tsubasa’, nombre con el que se conoce en el país del Sol Naciente a Oliver Atton.
Corría el minuto 13 de la primera parte y, con el marcador electrónico registrando el inicial empate a cero, el famoso Oliver se dispuso a controlar un balón en la medular cuando recibió una estremecedora entrada con los tacos por delante del pequeño Rafael Masten. Lo de Goicoechea a Maradona en 1983 fue una caricia en comparación con la acción del número 10 del King. Las piernas de Atton se doblaron como si fueran de goma y el futbolista rodó varios metros por el suelo como un pelele hasta quedar tendido sobre el césped chillando como un descosido. “¡No siento las piernas, no siento las piernas!”, gritaba el pobre Oliver. “Parecía Santiago Urrialde haciendo de Rambo”, relata el guardameta Benji Price, compañero de fatigas del lastimado jugador.
Los galenos del New Team se dieron cuenta rápidamente de la gravedad de las múltiples lesiones. “Tiene las piernas que se las van a tener que picar los mineros”, acertó a decir el médico del equipo al tiempo que requería la presencia de los camilleros. Para poner peor las cosas, un pequeño error de cálculo de los asistentes hizo que Oliver se cayera al suelo desde la camilla abriéndose una pequeña pero aparatosa brecha en la cabeza. Sangraba como un gorrino y recibió allí mismo catorce puntos de sutura y una tirita.
Fútbol y violencia
Mientras sucedía todo esto ya se formaba una melé de jugadores del New Team que se querían comer, literalmente, a Rafael Masten. El causante de la entrada que probablemente va a retirar del fútbol al protagonista de ‘Campeones’ hizo frente a sus oponentes y se llevó un soberano puñetazo de Tom Baker. El árbitro del encuentro, Al Gandour, mostró tarjeta roja al número 8 del New Team y las cosas se pusieron aún más feas. Los 21 jugadores que había sobre el campo (Oliver bastante tenía con buscar entre la hierba algún fragmento de rodilla) comenzaron a insultarse y a pegarse con ganas. Por si no eran suficientes, los miembros de los banquillos decidieron incorporarse a la fiesta. El más activo fue Bruce Harper, que agredió con un bidón de agua al portero y capitán del King, Buddy Fox, e intentó hacer tragar al técnico de la escuadra rival una bomba de hinchar balones.
Visto que las varias tarjetas rojas mostradas en los minutos siguientes no aplacaban los ánimos, el colegiado decidió suspender la contienda. Nunca mejor dicho, la verdad. El prematuro final del partido indignó al público asistente que, a falta de fútbol, quería ver judo, kárate y boxeo, deportes en los que los jugadores parecían desenvolverse con bastante solvencia. Cuando las fuerzas de seguridad consiguieron retirar a los futbolistas a sus vestuarios, la violencia se extendió a las gradas. Las aficiones de los dos equipos se enzarzaron en un violento enfrentamiento que terminó con varios heridos que habían recibido impactos de bolsas de patatas fritas y cacahuetes tostados con sal.
Oliver, al hospital
El Capitán Tsubasa fue ingresado en el Hospital Central para ser atendido por el Doctor House, cuyo diagnóstico fue claro y contundente. “Muchacho, el Mundial de Sudáfrica lo vas a ver por la tele y el próximo partido que juegues será con tus amigos en el futbolín de la sala de recreativos de tu barrio”, dijo el famoso facultativo mientras Oliver lloraba como una magdalena.
El futbolista fue llevado de manera urgente a quirófano, donde el Doctor Vilches se pasó toda la tarde poniendo grapas, puntas, clavos y tornillos en las piernas de la estrella japonesa. “La madre que me parió. Ya no sabía si era médico o carpintero”, exclamó Vilches tras siete horas de cirugía. “Le hemos dejado las piernas que parece Robocop. Ya se puede ir acostumbrando a la silla de ruedas, porque no va a levantar el culo en más de seis meses”, apostilló el médico.
El mundo del fútbol transmite su ánimo y apoyo al popular Oliver Atton y desea una pronta recuperación al jugador. A ver si puede, porque mala pinta tiene. La selección japonesa pierde un puntal importante de cara a la cita mundialista de este año y los miembros de la Federación de Fútbol nipona se están dando cabezazos por las paredes. Qué se le va a hacer. El fútbol es así.
Deportes.
Rotura del menisco externo e interno y del ligamento cruzado posterior de la rodilla derecha. Esguince en la rodilla izquierda con luxación de frenillo y artrosis. Fractura de tibia y de peroné de la pierna derecha por tres lugares diferentes y rotura del fémur y del tobillo izquierdo con desgarro muscular grave de grado tres e infección con desgaste de cuadriceps. El escalofriante parte médico no deja lugar a la duda. El carismático jugador de fútbol japonés Oliver Atton se pierde el próximo Mundial de Fútbol de Sudáfrica y con un poco más de mala suerte podrán apostar en Internet a que no volverá a jugar un partido de fútbol en su vida a no ser que se compre el FIFA 2010 para la PlayStation.
El estropicio acaeció en un lance fortuito durante un partido amistoso que enfrentaba al New Team de la serie ‘Campeones’ y al King de la memorable ‘Supergol’ (Ganbare! Kickers). Lo que prometía ser un bonito espectáculo de fútbol terminó como el Rosario de la Aurora y pasará a los anales de la Historia del fútbol por la monumental tangana que protagonizaron los jugadores de los dos equipos y por la tremenda lesión del ‘Capitán Tsubasa’, nombre con el que se conoce en el país del Sol Naciente a Oliver Atton.
Corría el minuto 13 de la primera parte y, con el marcador electrónico registrando el inicial empate a cero, el famoso Oliver se dispuso a controlar un balón en la medular cuando recibió una estremecedora entrada con los tacos por delante del pequeño Rafael Masten. Lo de Goicoechea a Maradona en 1983 fue una caricia en comparación con la acción del número 10 del King. Las piernas de Atton se doblaron como si fueran de goma y el futbolista rodó varios metros por el suelo como un pelele hasta quedar tendido sobre el césped chillando como un descosido. “¡No siento las piernas, no siento las piernas!”, gritaba el pobre Oliver. “Parecía Santiago Urrialde haciendo de Rambo”, relata el guardameta Benji Price, compañero de fatigas del lastimado jugador.
Los galenos del New Team se dieron cuenta rápidamente de la gravedad de las múltiples lesiones. “Tiene las piernas que se las van a tener que picar los mineros”, acertó a decir el médico del equipo al tiempo que requería la presencia de los camilleros. Para poner peor las cosas, un pequeño error de cálculo de los asistentes hizo que Oliver se cayera al suelo desde la camilla abriéndose una pequeña pero aparatosa brecha en la cabeza. Sangraba como un gorrino y recibió allí mismo catorce puntos de sutura y una tirita.
Fútbol y violencia
Mientras sucedía todo esto ya se formaba una melé de jugadores del New Team que se querían comer, literalmente, a Rafael Masten. El causante de la entrada que probablemente va a retirar del fútbol al protagonista de ‘Campeones’ hizo frente a sus oponentes y se llevó un soberano puñetazo de Tom Baker. El árbitro del encuentro, Al Gandour, mostró tarjeta roja al número 8 del New Team y las cosas se pusieron aún más feas. Los 21 jugadores que había sobre el campo (Oliver bastante tenía con buscar entre la hierba algún fragmento de rodilla) comenzaron a insultarse y a pegarse con ganas. Por si no eran suficientes, los miembros de los banquillos decidieron incorporarse a la fiesta. El más activo fue Bruce Harper, que agredió con un bidón de agua al portero y capitán del King, Buddy Fox, e intentó hacer tragar al técnico de la escuadra rival una bomba de hinchar balones.
Visto que las varias tarjetas rojas mostradas en los minutos siguientes no aplacaban los ánimos, el colegiado decidió suspender la contienda. Nunca mejor dicho, la verdad. El prematuro final del partido indignó al público asistente que, a falta de fútbol, quería ver judo, kárate y boxeo, deportes en los que los jugadores parecían desenvolverse con bastante solvencia. Cuando las fuerzas de seguridad consiguieron retirar a los futbolistas a sus vestuarios, la violencia se extendió a las gradas. Las aficiones de los dos equipos se enzarzaron en un violento enfrentamiento que terminó con varios heridos que habían recibido impactos de bolsas de patatas fritas y cacahuetes tostados con sal.
Oliver, al hospital
El Capitán Tsubasa fue ingresado en el Hospital Central para ser atendido por el Doctor House, cuyo diagnóstico fue claro y contundente. “Muchacho, el Mundial de Sudáfrica lo vas a ver por la tele y el próximo partido que juegues será con tus amigos en el futbolín de la sala de recreativos de tu barrio”, dijo el famoso facultativo mientras Oliver lloraba como una magdalena.
El futbolista fue llevado de manera urgente a quirófano, donde el Doctor Vilches se pasó toda la tarde poniendo grapas, puntas, clavos y tornillos en las piernas de la estrella japonesa. “La madre que me parió. Ya no sabía si era médico o carpintero”, exclamó Vilches tras siete horas de cirugía. “Le hemos dejado las piernas que parece Robocop. Ya se puede ir acostumbrando a la silla de ruedas, porque no va a levantar el culo en más de seis meses”, apostilló el médico.
El mundo del fútbol transmite su ánimo y apoyo al popular Oliver Atton y desea una pronta recuperación al jugador. A ver si puede, porque mala pinta tiene. La selección japonesa pierde un puntal importante de cara a la cita mundialista de este año y los miembros de la Federación de Fútbol nipona se están dando cabezazos por las paredes. Qué se le va a hacer. El fútbol es así.
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