Terminaron en el Hospital con severas quemaduras provocadas por una hoguera con la que jugaban
Lou Grant.
Las famosos Teletubbies ingresaron la pasada madrugada en el Hospital Central con quemaduras de tercer grado después de arder como antorchas en la Noche de San Juan. Los bichos, que se encontraban celebrando la mágica noche entre abundante alcohol y sustancias estupefacientes, jugaron de manera temeraria con el fuego de una hoguera y terminaron quemándose, como no podía ser de otra forma. Los últimos partes médicos aseguran que sus vidas están fuera de peligro pero que han acabado “bastante tostados”.
La parrillada acaeció minutos después de la medianoche. Los Teletubbies, que estaban muy cocidos y cuyos gaznates estaban empapados de bebida de alta graduación, prendieron fuego a una formidable Sanjuanada construida con enormes tablones, cartones, montañas de papeles y bidones de gasolina. Acto seguido, Tinky Winky, Noo-Noo, Po, Laa-Laa y Dipsy hicieron un coro y comenzaron a girar alrededor de las enormes llamas cantando y bailando. “Estaban beodos, borrachos como cubas, y no coordinaban bien sus movimientos. No cantaban, emitían sonidos guturales incomprensibles al oído. De lo mamados que iban no se entendía lo que vagamente canturreaban”, asegura uno de los numerosos testigos presentes en el lugar.
Los diversos relatos concluyen que el Teletubbie verde se empeñó en hacer ver a sus amigos que era capaz de atravesar las llamas sin quemarse, lo que levantó las carcajadas y burlas de sus compañeros. Borracho, pero herido en su orgullo, el valiente muñeco cogió carrerilla y se lanzó contra la fogata iniciando una gesta que sólo podía acabar en desdicha. Y de las gordas. Dipsy chocó violentamente con el palo mayor de la Sanjuanada y rebotó hacia atrás cayendo de espaldas sobre las brasas vivas e incandescentes. La muñeca chochona que habían colocado en lo alto del mástil de la hoguera cayó ardiendo sobre la cabeza de Tinky Winky, que empezó a arder como una cerilla. A todo esto, el impacto sobre el palo mayor tuvo consecuencias funestas al tratarse de la base central que sujetaba toda la estructura de la hoguera. La madera cedió y las tablas en llamas cayeron arrollando a Laa-Laa, la elementa amarilla de este peculiar grupo. En milésimas de segundo pasó a tener un color anaranjado.
Huele a chamusquina
Los dos Teletubbies que aún quedaban sanos se asustaron mucho a causa de los extraños gritos que vociferaban sus amigos mientras se abrasaban. Po, la protagonista roja de la cuadrilla, decidió tomar cartas en el asunto para socorrer a sus amigos. No dudó en volcarse sobre ella un bidón de agua para no quemarse y se lanzó sobre Tinky Winky para rodar juntos por el suelo y sofocar sus llamas. Pero resultó que el bidón no era de agua. Se trataba de gasolina con la que habían estado rociando el contenido de la hoguera. Y sí, rodaron por el suelo, pero como bolas de fuego. Ya eran cuatro los Teletubbies que imitaban al Hombre Antorcha con un éxito apabullante. Ayudaba mucho a ello el material inflamable de sus ridículos trajes y todo el alcohol que se habían pimplado a lo largo de la noche.
Noo-Noo se metió entre las ascuas para sacar del fuego a Laa-Laa, pero sus pies comenzaron a desprender un intenso olor a chamuscado. Comenzó a gritar dos segundos antes de que sus piernas se prendieran. Al final, lo consiguieron. Los cinco dando brincos a lo bonzo. Cuando se presentaron los bomberos y los servicios médicos, parecía que los Teletubbies habían sido bombardeados con Napalm. Les apagaron a base de manguerazos, como pudieron, y los metieron en las ambulancias derechitos al hospital.
Y es que, amigos, el fuego es peligroso y con el fuego no se juega. Con el fuego, Hay que estar al Loro. Esperamos una pronta recuperación de los Telettubies y también esperamos que ellos hayan aprendido una buena lección. El día de San Juan, antes de iniciar el rito del fuego, se toma chocolate, no alcohol. ¡Ah! ¡Y chocolate del de beber, no del otro que se habían tomado los muñecotes!
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