El sábado 20 de julio de 1985 se emitió el primer capítulo de 'El Equipo A' en EspañaLou Grant.
La generación que vivió y creció en los
años 80 jugaba en la calle, coleccionaba cromos, destrozaba zapatillas y pantalones en el patio del colegio, aporreaba los botones de las máquinas recreativas de las tiendas de
chuches, corría en bicicleta, se dejaba los
piños en los adoquines tras caerse de los monopatines, guerreaba con los
Montaplex, devoraba caramelos
Sugus, se divertía con las
Game & Watch de
Nintendo, compraba cintas
TDK para grabar los juegos del
Sinclair Spectrum, molestaba con la
Mano Loca, estrellaba sus coches
Guisval contra los
Majorette, construía castillos
Exin, elegía entre los
Playmobil o los
Airgam Boys, botaba barcos de
Tente, sabía bailar una peonza… y veía la tele.
Hoy puede parecer mentira, pero hubo un tiempo en el que la televisión, ese electrodoméstico que actualmente escupe basura y ponzoña a diario, era un entretenimiento de lujo. Los que se acercan y los que sobrepasan la
treintena recuerdan con especial cariño un extenso grupo de series y personajes con los que compartieron horas y horas de ocio, entretenimiento y diversión.
Con la llegada del periodo estival los críos disfrutábamos de nuestras merecidas vacaciones y la televisión cambiaba su programación adaptando contenidos y horarios al público infantil y juvenil. Vamos, igualito, igualito a lo que sucede hoy en día. Los seriales de adultos daban paso a las aventuras veraniegas de los héroes televisivos y la oferta de dibujos animados y programas de corte lúdico se ampliaba de manera notable.
Ahora se cumple un
cuarto de siglo de la emisión de un ramillete de series de televisión absolutamente legendarias. Y es que en el
verano de 1985, los jóvenes y pequeños pudimos disfrutar con las historias de
‘V’,
‘El Gran Héroe Americano’,
‘El Coche Fantástico’ o
‘El Equipo A’. Precisamente tal día como hoy de hace
25 años se emitió por
TVE el primer capítulo de la famosa serie creada por
Stephen J. Cannell y
Frank Lupo.
‘El Equipo A’ 
El
sábado 13 de julio de aquel grandioso
85 los televidentes pudimos ver el último episodio de
‘V’, la serie que, sin lugar a dudas, fue el auténtico fenómeno social del año. La desaparecida revista
Teleindiscreta daba fe de ello, agotando sus ejemplares como rosquillas gracias a la chavalería que coleccionaba las pegatinas y pósters con los personajes de la serie de los malvados lagartos zampa-roedores.
Mike Donovan,
Diana,
Julie,
Ham Tyler,
Kyle,
Willy y los
visitantes fueron seguidos por una legión millonaria de incondicionales que semana tras semana se sentaban delante de la televisión como putos clavos cada
sábado a las
19:35 horas. El final de
‘V’ dejaba un hueco en la parrilla televisiva que fue ocupado por el serial de nuestros mercenarios favoritos.
El
20 de julio,
Hannibal Smith,
M.A. Baracus,
Fénix y
Murdock entraron en nuestras casas a través de la pequeña pantalla y aún
sobreviven como soldados de fortuna en nuestras memorias colectivas. Los
cuatro veteranos de Vietnam,
encarcelados por un delito que no habían cometido, no tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidos y, cada
siete días, veíamos cómo ayudaban a quien requería sus servicios para implantar la justicia y poner en su sitio a algún mal nacido abusón de los cojones. Y siempre montados en su famosa
furgoneta GMC de color negro. Poco a poco, los honrados justicieros fueron convirtiéndose en parte de nuestras vidas y durante los siguientes
tres años pudimos contemplar los estériles esfuerzos del
Coronel Decker por dar caza al
Equipo A.
Derryck Lynch y el
General Fulbright tampoco tuvieron más suerte. Las periodistas
Amy Amanda Allen y
Tawnia Baker echaban una mano a nuestros intrépidos amigos temporadas antes de que
Frankie Santana se uniera al equipo para trabajar a las órdenes del
General Hunt Stockwell.
‘El Equipo A’ era una serie cojonuda. No lo neguemos. Nos lo pasábamos bomba con unas historias simples que seguían una estructura idéntica en cuanto a planteamiento, nudo y desenlace semana tras semana. Pero la violencia sin sangre, las explosiones, las persecuciones y el carisma de sus personajes nos cautivaron. ¿Quién no ha pronunciado alguna vez la mítica frase de
“me encanta que los planes salgan bien” con la que
Hannibal cerraba muchos episodios? ¿Quién no se descojonaba con las ocurrencias del loco
H.M. Murdock? ¿Quién no recuerda el miedo atroz a las alturas que sufría
M.A.? Y quién no desearía disponer de las dotes de ligón del apuesto
Templeton Peck? (Por no hablar de su precioso
Chevrolet Corvette).
Pero como ya hemos apuntado, durante aquel
fabuloso verano hubo más series que nos dejaron marcados para siempre. De
lunes a
viernes, a las
15:35 horas, contemplábamos las increíbles y desternillantes
desventuras del pobre profesor
Ralph Hinkley en
‘El Gran Héroe Americano’. Con su traje de
Supermán regalo de unos alienígenas, el personaje interpretado por
William Katt trataba de ayudar al agente del
FBI Bill Maxwell, papel que encarnaba el recientemente fallecido
Robert Culp, al que desde
Hay que estar al Loro queremos brindar un merecido recuerdo. En esta serie también pudimos ver a
Connie Selleca,
Michael Paré y a
Faye Grant.
‘El Coche Fantástico’ 
El
1 de agosto, finalizada la temporada de
‘El Gran Héroe Americano’, llegaba a nuestras vidas otro mito televisivo de los
ochenta.
‘El Coche Fantástico’ era
una trepidante aventura de un hombre que no existía
en un mundo lleno de peligros.
Michael Long, un policía veterano de
Vietnam, era herido de un disparo en la cara. El moribundo
multimillonario Wilton Knight se hacía cargo del agente facilitándole un nuevo rostro y una nueva identidad.
Michael Knight era el elegido para tripular al sofisticado
KITT, un
Pontiac Firebird Trans AM de color negro con inteligencia artificial. El vehículo, dotado de una extensa e increíble gama de artilugios, era el legado del magnate para luchar contra el crimen a través de su
Fundación para la Ley y el Orden. La serie, un éxito rotundo entre los jóvenes de la época, fue la catapulta al estrellato para
David Hasselhoff, que daba vida al
joven solitario embarcado en una cruzada para salvar la causa de los inocentes, los indefensos, los débiles, dentro de un mundo de criminales que operan al margen de la ley.
Para resolver sus casos y misiones,
KITT y
Michael Knight (sitúo en primer lugar al coche porque para muchos el precioso
Pontiac era el verdadero protagonista) sorteaban un sinfín de peligros que ponían a prueba la estabilidad emocional de
Devon Miles (
Edward Mulhare), que dirigía la
Fundación tras la muerte de
Wilton Knight. Sin embargo, cualquier problema o avería era rápidamente resuelto por la mecánica
Bonnie Barstow, interpretada por la guapísima
Patricia McPherson. Bueno, en la
segunda temporada los productores tomaron la descacharrante idea de sustituir a
Bonnie por
April Curtis (
Rebecca Holden), que si bien se abría más su mono de trabajo y enseñaba más
canalillo, no tenía tanto carisma como
Bonnie. Y además
Bonnie era más guapa, qué cojones. El caso es que el público no se tomó el cambio demasiado bien y
Patricia McPherson regresó a
‘El Coche Fantástico’ en la
tercera temporada. Ayyyyy. Cuantos dieron saltos con sus
BMX,
Torrot o
BH California imaginando que pilotaban a
KITT en lugar de una bicicleta. Y quién no diría alguna vez la famosa frase de
“se parece al Coche Fantástico” cuando veía, ocasionalmente, un automóvil deportivo de cualquier pelaje que no fuera un
Seat 128 Sport.
Desde luego, no se puede negar que
1985 fue un gran año para la televisión. Al margen de las series veraniegas que acabamos de destacar, a lo largo de los diferentes meses de aquel año pudimos disfrutar de otros grandes clásicos como
‘El Trueno Azul’,
‘M.A.S.H.’,
‘Fama’,
‘El Superagente 86’,
‘Mike Hammer’ o
‘Mascarada’. Nuestros padres veían
‘El Pájaro Espino’ y seguían las andanzas de la pérfida
Angela Channing en
‘Falcon Crest’. Los
viernes a la noche nos reuníamos toda la familia alrededor del
Telefunken para ver el
‘Un, Dos, Tres’ de
Mayra Gómez Kemp, el ‘
Entre Amigos’ de
José Luis Moreno o el
‘Como Pedro por su Casa’ de
Pedro Ruiz. Los
sábados a la mañana teníamos cita obligada con
‘La Bola de Cristal’ y por la tarde con
‘David el Gnomo’. Los
domingos nos entreteníamos con
‘El Inspector Gadget’. Y había muchos más dibujos, muchos.
‘Lucky Luke’,
'Nils Holgersson',
'Tao Tao' … Entre semana, al salir de la escuela, merendábamos viendo el
‘Barrio Sésamo’ de
Espinete y
Don Pimpón. Eran los tiempos de una televisión mucho más educativa que la actual, que mezclaba programas como
‘Más vale Prevenir’ con espacios musicales como
‘Tocata’ o concursos como
‘Si lo sé, no Vengo’…
Sí. Desde luego, los que fuimos telespectadores en el
1985 no nos podemos quejar de lo que vimos. Algunos dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor. Desde luego, en lo que a televisión se refiere, no hay ninguna duda. ¡Y todo con sólo
dos canales! (Los más afortunados, eso sí, también podían disponer de sus respectivas autonómicas). ¡La hostia, chavalines!