La redacción de Hay que estar al Loro desea a sus lectores un próspero año 2011 lleno de paz y de alegría
Redacción.
Con motivo de la llegada inminente del 2011, el equipo que conforma y perpetra este descarriado y aberrante medio de comunicación les desea una feliz entrada de año y una mejor salida. A ser posible erguidos y sin ir haciendo eses por razones etílicas. Tengan mucho cuidado con el champán, no se atraganten con las uvas y mucho cuidado con los fuegos pirotécnicos, no vaya a ser que alguno confunda la dinamita con un petardo de traca de veinte duros.
Lo dicho. Un muy feliz año 2011.
viernes, 31 de diciembre de 2010
martes, 28 de diciembre de 2010
sábado, 25 de diciembre de 2010
FELIZ NAVIDAD 2010-11
Hay que estar al Loro desea a sus lectores unas muy felices fiestas
Redacción.
Desde Hay que estar al Loro les deseamos una muy feliz Navidad en compañía de sus seres más queridos y amigos.
En estos momentos de alegría, paz, amor y concordia, tampoco vendría nada mal pensar en los que no atraviesan su mejor momento, recordar a los que no encuentran la paz, apoyar a los que no cuentan con amor y ayudar a los desafortunados olvidados y abandonados por todos nosotros. Ellos deberían ser los auténticos protagonistas en este tiempo de festejos y algarabía.
Redacción.
Desde Hay que estar al Loro les deseamos una muy feliz Navidad en compañía de sus seres más queridos y amigos.
En estos momentos de alegría, paz, amor y concordia, tampoco vendría nada mal pensar en los que no atraviesan su mejor momento, recordar a los que no encuentran la paz, apoyar a los que no cuentan con amor y ayudar a los desafortunados olvidados y abandonados por todos nosotros. Ellos deberían ser los auténticos protagonistas en este tiempo de festejos y algarabía.
miércoles, 22 de diciembre de 2010
EL INVIERNO HA LLEGADO Y NOSOTROS CON ESTOS PELOS
Comienza la estación del frío y la nieve
Paco Montesdepato. Área de Meteorología.
Hace unas horas de la llegada oficial del invierno, pero algunos venimos padeciendo sus efectos desde hace semanas tras sobrevivir a uno de los otoños más frescos de los últimos tiempos. Y eso que los expertos anunciaban lo contrario. Como para fiarse.
El caso es que ya hemos superado el maldito otoño y ahora toca afrontar la estación del frío. Agarren abrigos y bufandas, que tiene pinta de que vamos a tiritar bastante.
Y recuerden que no por mucho madrugar amanece más temprano. Así que no sean tontos y quédense en la cama.
Paco Montesdepato. Área de Meteorología.
Hace unas horas de la llegada oficial del invierno, pero algunos venimos padeciendo sus efectos desde hace semanas tras sobrevivir a uno de los otoños más frescos de los últimos tiempos. Y eso que los expertos anunciaban lo contrario. Como para fiarse.
El caso es que ya hemos superado el maldito otoño y ahora toca afrontar la estación del frío. Agarren abrigos y bufandas, que tiene pinta de que vamos a tiritar bastante.
Y recuerden que no por mucho madrugar amanece más temprano. Así que no sean tontos y quédense en la cama.
jueves, 16 de diciembre de 2010
LA ESTRELLA TELEVISIVA MEJOR PAGADA DE 2010
La Rana Gustavo ha ganado 2.011 millones de dólares durante el año que ahora expira
Agencias.
Nuestro batracio televisivo favorito concluye el año 2010 con el privilegio de ser la figura de televisión mejor pagada del mundo mundial. La cuenta corriente de Gustavo ha ingresado la friolera de 2.011 millones de dólares por sus exitosos trabajos en la pequeña pantalla y el merchandising que ha generado su imagen. El éxito rotundo de la nueva versión de Knight Rider que protagonizó y que fue emitida en todo el mundo el pasado verano ha contribuido a elevar aún más el caché del singular intérprete de color verde.
“Estoy muy contento con el buen recibimiento de crítica y público que ha cosechado la serie”, comenta Gustavo, que no cierra las puertas al rodaje de una nueva temporada de la renovada adaptación de la serie del coche parlanchín. “Es posible que hagamos una continuación, pero de momento estoy descansando y el próximo mes de enero comenzaré un nuevo proyecto del que, por imperativos de los productores, aún no puedo hablar”, apunta la afamada estrella.
Fuentes cercanas al artista han confirmado que un altísimo porcentaje del dinero ganado por Gustavo será donado, íntegramente, a causas benéficas relacionadas con el mundo infantil. Desde Hay que estar al Loro aplaudimos este noble gesto y animamos a que cunda el ejemplo.
Agencias.
Nuestro batracio televisivo favorito concluye el año 2010 con el privilegio de ser la figura de televisión mejor pagada del mundo mundial. La cuenta corriente de Gustavo ha ingresado la friolera de 2.011 millones de dólares por sus exitosos trabajos en la pequeña pantalla y el merchandising que ha generado su imagen. El éxito rotundo de la nueva versión de Knight Rider que protagonizó y que fue emitida en todo el mundo el pasado verano ha contribuido a elevar aún más el caché del singular intérprete de color verde.
“Estoy muy contento con el buen recibimiento de crítica y público que ha cosechado la serie”, comenta Gustavo, que no cierra las puertas al rodaje de una nueva temporada de la renovada adaptación de la serie del coche parlanchín. “Es posible que hagamos una continuación, pero de momento estoy descansando y el próximo mes de enero comenzaré un nuevo proyecto del que, por imperativos de los productores, aún no puedo hablar”, apunta la afamada estrella.
Fuentes cercanas al artista han confirmado que un altísimo porcentaje del dinero ganado por Gustavo será donado, íntegramente, a causas benéficas relacionadas con el mundo infantil. Desde Hay que estar al Loro aplaudimos este noble gesto y animamos a que cunda el ejemplo.
miércoles, 24 de noviembre de 2010
ANDRÉS CIEMPIÉS RECLAMA DINERO A LOS FUTBOLISTAS
La que fuera mascota de los futbolistas españoles realizará el lunes a la noche un acto de protesta en el Nou Camp
Sport Billy.
La que fuera mascota de la AFE, Andrés el Ciempiés, tiene previsto realizar un acto de protesta a las puertas del Camp Nou, aprovechando el tirón mediático del Barça Madrid, para reclamar dinero al mundo del fútbol. El bichejo acusa a los futbolistas de haberle marginado durante un cuarto de siglo sin haber recibido “ni un mísero duro” por el apoyo y el trabajo realizado en representación de los deportistas en “épocas de vacas flacas”.
La verdad es que muy pocos son los que recuerdan quién es Andrés el Ciempiés. Desde la redacción de Hay que estar al Loro nos hemos puesto en contacto con directivos, técnicos y jugadores para constatar, con asombro, que la antigua mascota de la AFE es una total desconocida para nuestros futbolistas de elite. “No tengo el gusto de conocerle. El único Andrés que conozco es Iniesta”, manifestó el míster del Barça, Pep Guardiola. José Mourinho, por su parte, reconoció no tener “ni idea” de quién es el otrora famoso ciempiés. “Pero conozco bien a Cristiano Ronaldo, que corre como si tuviera cien pies”, matizó el técnico luso. El seleccionador Vicente Del Bosque hizo amago de reconocer, entre vagos recuerdos, a una llamativa mascota de color naranja. Pero tuvimos que aclarar que no era de esa mascota de la que estábamos hablando. Otro que estuvo al frente del combinado nacional, Javier Clemente, tampoco era capaz de relacionar a Andrés el Ciempiés con el mundillo del balón. “Hay va la hostia pues. ¿Pero cuando se ha visto a un ciempiés jugando al fútbol? Ni en Barakaldo se ha visto eso, oye”, comentó el famoso entrenador.
¿Quién es Andrés?
Andrés el Ciempiés se dio a conocer a principios de la década de los ochenta como “Mascota de los Futbolistas Españoles”. Gracias a la licencia AFE pudimos verle estampado en pegatinas, pósters y diverso material de merchandising dirigido principalmente a los más pequeños. Sus cromos aparecieron en la colección del Álbum Porta Fichas de la Selección Nacional Española y protagonizó una baraja infantil de naipes de Heraclio Fournier. Tuvo su tirón mediático entre los años 1981 y 1982, compitiendo con otros iconos de la época como Naranjito. Era la época del fútbol ochentero que tanto echamos de menos en Hay que estar al Loro, con los futbolistas haciendo huelgas para reclamar sus derechos, el Mundial 82, el 12-1 a Malta, los niños pegando los cromos de Este con paciencia y pegamento Imedio o Supergen, el Adidas Tango, las camisetas del Racing con publicidad de Teka, las elásticas del Madrid con el patrocinio de Zanussi, las Meyba del Barcelona, las ligas de Clemente, las repeticiones de la Moviola de Radiola en el Estudio Estadio, los anuncios en el Carrusel Deportivo de “Centenario, Centenarioooo, y a por todas”…
“Luego, el dinero fue entrando lenta pero inexorablemente en el mundo del fútbol. Los futbolistas fueron elevando su nivel de estatus al mismo ritmo que se olvidaban de mí. Ya no me necesitaban y fui cayendo en el olvido. Ahora, yo también reclamo mi parte del pastel de los derechos televisivos”, declara Andrés el Ciempiés.
El próximo lunes 29, una hora antes del inicio del clásico Barça-Real Madrid, Andrés el Ciempies piensa ponerse “en pelotas” delante de las cámaras televisivas del mundo entero que se hayan acreditado para retransmitir el partido y leerá un comunicado en siete idiomas diferentes. Si no recibe la atención oportuna, piensa introducirse en el Camp Nou y saltar al césped del recinto azulgrana en medio del partido (también en pelotas) como una pancarta que rece el lema “Futbolistas morosos, exijo mi dinero”.
Como decimos siempre, Hay que estar al Loro.
Sport Billy.
La que fuera mascota de la AFE, Andrés el Ciempiés, tiene previsto realizar un acto de protesta a las puertas del Camp Nou, aprovechando el tirón mediático del Barça Madrid, para reclamar dinero al mundo del fútbol. El bichejo acusa a los futbolistas de haberle marginado durante un cuarto de siglo sin haber recibido “ni un mísero duro” por el apoyo y el trabajo realizado en representación de los deportistas en “épocas de vacas flacas”.
La verdad es que muy pocos son los que recuerdan quién es Andrés el Ciempiés. Desde la redacción de Hay que estar al Loro nos hemos puesto en contacto con directivos, técnicos y jugadores para constatar, con asombro, que la antigua mascota de la AFE es una total desconocida para nuestros futbolistas de elite. “No tengo el gusto de conocerle. El único Andrés que conozco es Iniesta”, manifestó el míster del Barça, Pep Guardiola. José Mourinho, por su parte, reconoció no tener “ni idea” de quién es el otrora famoso ciempiés. “Pero conozco bien a Cristiano Ronaldo, que corre como si tuviera cien pies”, matizó el técnico luso. El seleccionador Vicente Del Bosque hizo amago de reconocer, entre vagos recuerdos, a una llamativa mascota de color naranja. Pero tuvimos que aclarar que no era de esa mascota de la que estábamos hablando. Otro que estuvo al frente del combinado nacional, Javier Clemente, tampoco era capaz de relacionar a Andrés el Ciempiés con el mundillo del balón. “Hay va la hostia pues. ¿Pero cuando se ha visto a un ciempiés jugando al fútbol? Ni en Barakaldo se ha visto eso, oye”, comentó el famoso entrenador.
¿Quién es Andrés?
Andrés el Ciempiés se dio a conocer a principios de la década de los ochenta como “Mascota de los Futbolistas Españoles”. Gracias a la licencia AFE pudimos verle estampado en pegatinas, pósters y diverso material de merchandising dirigido principalmente a los más pequeños. Sus cromos aparecieron en la colección del Álbum Porta Fichas de la Selección Nacional Española y protagonizó una baraja infantil de naipes de Heraclio Fournier. Tuvo su tirón mediático entre los años 1981 y 1982, compitiendo con otros iconos de la época como Naranjito. Era la época del fútbol ochentero que tanto echamos de menos en Hay que estar al Loro, con los futbolistas haciendo huelgas para reclamar sus derechos, el Mundial 82, el 12-1 a Malta, los niños pegando los cromos de Este con paciencia y pegamento Imedio o Supergen, el Adidas Tango, las camisetas del Racing con publicidad de Teka, las elásticas del Madrid con el patrocinio de Zanussi, las Meyba del Barcelona, las ligas de Clemente, las repeticiones de la Moviola de Radiola en el Estudio Estadio, los anuncios en el Carrusel Deportivo de “Centenario, Centenarioooo, y a por todas”…
“Luego, el dinero fue entrando lenta pero inexorablemente en el mundo del fútbol. Los futbolistas fueron elevando su nivel de estatus al mismo ritmo que se olvidaban de mí. Ya no me necesitaban y fui cayendo en el olvido. Ahora, yo también reclamo mi parte del pastel de los derechos televisivos”, declara Andrés el Ciempiés.
El próximo lunes 29, una hora antes del inicio del clásico Barça-Real Madrid, Andrés el Ciempies piensa ponerse “en pelotas” delante de las cámaras televisivas del mundo entero que se hayan acreditado para retransmitir el partido y leerá un comunicado en siete idiomas diferentes. Si no recibe la atención oportuna, piensa introducirse en el Camp Nou y saltar al césped del recinto azulgrana en medio del partido (también en pelotas) como una pancarta que rece el lema “Futbolistas morosos, exijo mi dinero”.
Como decimos siempre, Hay que estar al Loro.
lunes, 1 de noviembre de 2010
UN GRUPO DE CRÍOS DESTROZA LA CASA DE UN CASCARRABIAS EN LA NOCHE DE HALLOWEEN
El irascible fulano pagó caro su mal comportamiento con los pequeños
Agencias.
La Noche de Halloween terminó siendo realmente funesta para el cascarrabias del pueblo. Siguiendo la tradición anglosajona, grupos de niños recorrieron las casas del municipio llamando de puerta en puerta solicitando el ya clásico “truco o trato” para conseguir dinero, comida, dulces, caramelos y todo tipo de golosinas. Pero todos se toparon con la vivienda del gruñón de turno que despachaba a los más pequeños con muy malos modos. Algunos testigos denuncian cómo llegó a sacar del jardín de su residencia a un pequeño de apenas cuatro años a empujones mientras el pobre chavalín lloraba disgustado. “Fuera de mi propiedad”, gritaba el desalmado ante la mirada de otro grupo de pequeños que no entendían la actitud del susodicho.
Los incidentes se registraron a partir de las 00:00 horas, la hora de las brujas. Los más pequeños se habían retirado y en su lugar aparecieron los más mayorcitos, liderados por Bart Simpson. Tocaron a la puerta del fulano, de manera cordial, pidiendo “truco o trato”, pero por respuesta recibieron un “marcharos a tomar por culo”. Nelson no pudo evitar soltar una de sus famosas risas, pero desde dentro de la vivienda se escuchó un “vete a reírte de tu puta madre”. Y claro, eso ya no le hizo tanta gracia. El de Springfield se acercó al umbral de la puerta y golpeó con fuerza la aldaba pidiendo “truco o trato”, pero ya con un tonillo de mala leche. Desde el interior volvieron a mandarles “a freír espárragos”.
“Fue en ese momento cuando los chicos salieron del jardín y, como contempla la tradición, comenzaron a arrojar huevos a la puerta del gruñón”, explica un testigo. “Eso no le gustó mucho al dueño de la vivienda, y aquí empezaron los auténticos problemas”. Según los informes de la Loca Academia de Policía, el cascarrabias abrió la ventana, sacó una carabina y se lió a tiros con la cuadrilla. Jurando en arameo y cagándose en la madre del de la casa, los jóvenes se parapetaron detrás de unos coches estacionados en la calle para evitar los impactos. A continuación, sacaron sus tirachinas y comenzaron a devolver el fuego contra la casa. “Zipi y Zape empezaron a lanzar afilados guijarros contra las ventanas del segundo piso. Según rompían un cristal se escuchaba al de dentro cagarse en todo lo que se movía”. A continuación, Daniel El Travieso agarró la tapadera de un cubo de basura metálico y, utilizándolo a modo de escudo, se acercó a la puerta de la casa cubriendo a Bart Simpson. Los rubiales colocaron un petardo de gran potencia en el umbral de la vivienda y se retiraron a una distancia prudencial mientras Nelson hacía fuego de cobertura con un tirachinas y una cerbatana.
“Se escuchó una explosión y la puerta voló por los aires. En ese momento Zipi y Zape, como si fueran dos agentes de los GEO, penetraron en el interior reventando varios jarrones chinos de gran valor con sus tiragomas de precisión. El cascarrabias se había subido al piso superior para seguir disparando, ahora con un trabuco, desde lo alto. Nelson trataba de mantenerlo a raya mientras que Daniel El Travieso manipulaba la bombona de butano de la cocina y Bart echaba abajo muebles y rompía una tele de plasma de 50 pulgadas empujándola desde una mesa de medio metro de altura. Daniel El Travieso salió de la cocina con un cachorro de perro bajo el brazo pidiendo a gritos que todo el mundo dejara la casa. Nelson, desde el jardín, cubrió la retirada de Daniel, Bart y Zipi y Zape, que se echaron al suelo antes de escucharse una tremenda explosión. El malhumorado cascarrabias saltó por la ventana impulsado por una honda expansiva que le lanzó contra el césped de su jardín, que quedó hecho un percal con los restos de su volatilizada choza. El trozo más grande, el buzón del Correo.
Agencias.
La Noche de Halloween terminó siendo realmente funesta para el cascarrabias del pueblo. Siguiendo la tradición anglosajona, grupos de niños recorrieron las casas del municipio llamando de puerta en puerta solicitando el ya clásico “truco o trato” para conseguir dinero, comida, dulces, caramelos y todo tipo de golosinas. Pero todos se toparon con la vivienda del gruñón de turno que despachaba a los más pequeños con muy malos modos. Algunos testigos denuncian cómo llegó a sacar del jardín de su residencia a un pequeño de apenas cuatro años a empujones mientras el pobre chavalín lloraba disgustado. “Fuera de mi propiedad”, gritaba el desalmado ante la mirada de otro grupo de pequeños que no entendían la actitud del susodicho.
Los incidentes se registraron a partir de las 00:00 horas, la hora de las brujas. Los más pequeños se habían retirado y en su lugar aparecieron los más mayorcitos, liderados por Bart Simpson. Tocaron a la puerta del fulano, de manera cordial, pidiendo “truco o trato”, pero por respuesta recibieron un “marcharos a tomar por culo”. Nelson no pudo evitar soltar una de sus famosas risas, pero desde dentro de la vivienda se escuchó un “vete a reírte de tu puta madre”. Y claro, eso ya no le hizo tanta gracia. El de Springfield se acercó al umbral de la puerta y golpeó con fuerza la aldaba pidiendo “truco o trato”, pero ya con un tonillo de mala leche. Desde el interior volvieron a mandarles “a freír espárragos”.
“Fue en ese momento cuando los chicos salieron del jardín y, como contempla la tradición, comenzaron a arrojar huevos a la puerta del gruñón”, explica un testigo. “Eso no le gustó mucho al dueño de la vivienda, y aquí empezaron los auténticos problemas”. Según los informes de la Loca Academia de Policía, el cascarrabias abrió la ventana, sacó una carabina y se lió a tiros con la cuadrilla. Jurando en arameo y cagándose en la madre del de la casa, los jóvenes se parapetaron detrás de unos coches estacionados en la calle para evitar los impactos. A continuación, sacaron sus tirachinas y comenzaron a devolver el fuego contra la casa. “Zipi y Zape empezaron a lanzar afilados guijarros contra las ventanas del segundo piso. Según rompían un cristal se escuchaba al de dentro cagarse en todo lo que se movía”. A continuación, Daniel El Travieso agarró la tapadera de un cubo de basura metálico y, utilizándolo a modo de escudo, se acercó a la puerta de la casa cubriendo a Bart Simpson. Los rubiales colocaron un petardo de gran potencia en el umbral de la vivienda y se retiraron a una distancia prudencial mientras Nelson hacía fuego de cobertura con un tirachinas y una cerbatana.
“Se escuchó una explosión y la puerta voló por los aires. En ese momento Zipi y Zape, como si fueran dos agentes de los GEO, penetraron en el interior reventando varios jarrones chinos de gran valor con sus tiragomas de precisión. El cascarrabias se había subido al piso superior para seguir disparando, ahora con un trabuco, desde lo alto. Nelson trataba de mantenerlo a raya mientras que Daniel El Travieso manipulaba la bombona de butano de la cocina y Bart echaba abajo muebles y rompía una tele de plasma de 50 pulgadas empujándola desde una mesa de medio metro de altura. Daniel El Travieso salió de la cocina con un cachorro de perro bajo el brazo pidiendo a gritos que todo el mundo dejara la casa. Nelson, desde el jardín, cubrió la retirada de Daniel, Bart y Zipi y Zape, que se echaron al suelo antes de escucharse una tremenda explosión. El malhumorado cascarrabias saltó por la ventana impulsado por una honda expansiva que le lanzó contra el césped de su jardín, que quedó hecho un percal con los restos de su volatilizada choza. El trozo más grande, el buzón del Correo.
viernes, 22 de octubre de 2010
NOVEDADES PARA LA PRÓXIMA TEMPORADA DE 'FÍSICA O QUÍMICA'
El Profesor Bacterio será uno de los personajes que se incorporan al Zurbarán
Agencias.
Los productores de 'Física o Química' preparan jugosas novedades para la próxima temporada de la serie que revoluciona las hormonas de los televidentes quinceañeros y no tan quinceañeros. Ante el goteo incesante de bajas entre el elenco de personajes y la dificultad de sustituir a protagonistas tan legendarios como el Gorka, el Cabano, el Julio, que también se ha pirado, el hermano de ‘La Yoli’ y otro mazacote de gente que ha escapado del barco con flotador y todo, los jerifaltes de la productora han decidido realizar varias incorporaciones de peso para intentar batir todas las audiencias habidas y por haber y convertir a FOQ en un programa que deje a toda la familia con los culos pegados a los sofás.
El fichaje de mayor relumbrón será, sin duda, el del Profesor Bacterio, que será el nuevo catedrático de Física y Química del Colegio Zurbarán. El barbudo maestro tratará de ganarse la confianza de sus pupilos, pero los adolescentes rechazan su complicidad y no le dejan participar en los botellones. En pocos capítulos, Bacterio se verá dolido, rechazado y humillado como académico y como persona. Desde luego… qué juventud.
Antena 3 ha pensado que la mejor forma de aumentar el empaque del grupo de alumnos será la de repescar a Quimi y Valle. ¿Se acuerda alguien de ellos? Según los nuevos guiones elaborados, los antiguos protagonistas de ‘Compañeros’ se dan cuenta, diez años después, de que no se puede deambular por la vida sin saber hacer la “o” con un canuto, por lo que deciden regresar a la vida académica con el firme propósito de sacar, de una puñetera vez, el graduado escolar que no consiguieron aprobar en el Colegio Azcona. Es que los profes les tenían manía.
Sin embargo, los talluditos estudiantes tampoco serán bien acogidos por la pandilla del Zurbarán. La actitud de Quimi, que intenta desde su llegada al centro adquirir el control del tráfico escolar de porros con unos modales más propios del gangster Toni ‘El Gordo’, no ayuda a la integración de la nueva pareja de colegiales que sufrirá el despreció de absolutamente todo el mundo. Hasta la señora que pasa la fregona escupe en el suelo cuando les ve pasar.
¡Vuelve el hombre!
Sí, sí, sí. Otra incorporación de peso y relumbrón. Para regocijo del sector femenino de seguidores de FOQ, ¡Cabano vuelve al Zurbarán! ¡Uaaaaaaaaaaah! Su carrera de futbolista en Inglaterra ha quedado truncada por dar positivo en un control antidoping y vuelve a casa con el firme propósito de comerse el turrón en Navidad y recuperar a Ruth. Pero claro, a Ruth le va Román (se acuestan juntitos en la cama, no sabemos si a dormir o a qué) y Román está con Yoli (que parece una vaca con cuernos), que tiene celos de Ruth porque sabe que Román le hace “tilín-tilín” y que ésta ya no le hace caso a Cabano, cuya relación había terminado bruscamente por teléfono aunque ella no quería, oiga, ¡ella no quería! Y ahora vuelve como si nada el Cabano. ¿Pero es Cabano de verdad? Porque le hemos visto en otra serie, ‘Los Protegidos’. ¿Cómo se come esto? ¿Alguien lo entiende? ¿Es realmente Cabano o es un nuevo alumno que se hace pasar por Cabano? ¿No será que Yoli ha contratado a un doble de Cabano para que revolotee alrededor de Ruth y ésta se olvide de Román? La respuesta, en el próximo episodio.
El caso es que las cosas se complican en el Colegio. El equipo de fútbol no gana ningún partido porque son un atajo de tuercebotas. Los presupuestos no alcanzan para cubrir los desperfectos que cada jueves causan los alumnos durante sus estruendosos botellones dentro de las instalaciones docentes. Desaparecen libros de la biblioteca que no son devueltos y el nivel intelectual de los pupilos del Zurbarán deja ya mucho que desear, tal y como se desprende de algunas de las respuestas de sus exámenes. En un control de Historia, por ejemplo, se pregunta quién era Aníbal, y Cabano responde que era “el jefe de El Equipo A”. En otro examen se piden datos sobre Colón y Paula asegura que era “un señor que fabricaba detergentes”. En Matemáticas, Fer apunta que 100 x 100 es “algodón”. En Ciencias Naturales, a la cuestión de “qué es un leucocito” Daniela escribe: “Leu, animal y cocito, pequeño”. Geografía: ¿Sabes en qué continente está China? Respuesta de David: “Sí, lo sé”. Le faltó apostillar un “pero no te lo digo porque soy así de chulo”. Con dos cojones.
Don Martín Aguilar Novallas está agobiado por su mala relación con Olimpia, que tiene una mala hostia terrible y cualquiera se atreve a cabrearla. Decide pegarle a la marihuana en sus ratos libres y su dejadez absoluta impide que lleve a buen término sus labores como director de la cooperativa escolar, que va de mal en peor. Una camarilla de docentes encabezada por el Profesor Van Helsing organiza un golpe de estado para mover la silla de Martín y colocar como máxima rectora del Zurbarán a Clara, que ya ocupó el puesto en su día. Sin embargo, el maléfico plan es descubierto y se organiza una purga que termina con una violenta pelea en los sótanos del Colegio, en plan ‘El Club de la Lucha’. Los opositores de Martín son apaleados vilmente por el fornido pedagogo. Descamisado y pecho en pelo, el cabecilla del Zurbarán hostia sin piedad ni miramientos a los profes malos, que terminan malparados con rasguños y chichones por todo el cuerpo. Los conspiradores son sacados a patadas por el propio Martín, con nocturnidad y alevosía, y la pobre Teresa, que no sale de una para meterse en otra, contempla horrorizada la secuencia. Martín no quiere quedar delante de todo el mundo como un abusón que resuelve sus problemas a hostia limpia. Por eso, amenaza a la pobre alumna con echarla del Colegio si le cuenta a alguien lo que ha visto.
Pero Teresita se lo casca todo a su madre, Verónica, la profesora de Literatura que estuvo liada con Vaquero y con el hermano de Yoli, la que está loquita por los huesos de Román y que antes estuvo con Julio y con el de la guitarra, aquel que no quería tema con Yoli pero luego se arrimó al ex pendoncito de Alma, que ahora es buena. Buena pieza, porque está más quemada que la moto de un hippy desde que el ex malvado Álvaro se interesa un poco por Teresa, que hemos dicho que está siendo amenazada por Martín y que al mismo tiempo se siente ahora atraída por Jorge, el que vive ahora con Verónica. Un lío de tres pares de huevos, vaya. El caso es que Alma, impulsada por la amistad y el buen rollo, puesto que ya no es una desALMAda manipuladora, decide contratar a Gorka, el que ya se había marchado de la serie, para que le cante las cuarenta a Martín. Es que resulta que Gorka ahora es machaca de discoteca poligonera tras haber servido unos meses en los Boy Scouts.
Un final impactante
Último capítulo. Finaliza el periodo lectivo. Todos están felices porque han suspendido todas las asignaturas (la nota más alta la ha sacado Salva Quintanilla, con un 5 pelado en Gimnasia) y tienen que repetir curso, lo que asegura una temporada más de la serie. Pero no cuentan con una terrible sorpresa. El Profesor Bacterio, herido en su orgullo y harto de las tropelías y perrerías que le hacen sus alumnos, decide olvidarse del sabio refrán que dice que los experimentos hay que hacerlos con gaseosa. Preso de un ansia de venganza sin parangón y movido por la ira, decide comprobar la capacidad de resistencia de los pilares del Zurbarán utilizando decenas de barriles de nitroglicerina estratégicamente colocados. Todos los protagonistas están en el Gimnasio, celebrando una fiesta-botellón de fin de curso. Ji, ji, ji-ja, ja, ja, todos empinando el codo y metiendo fichas a todo lo que se mueve. Y comienzan las explosiones atómicas. Todo empieza a derrumbarse y los chicos y chicas comienzan a correr histéricos por el pánico desatado. Quimi y Valle son los primeros en caer y son pisados por la turba que intenta huir del Apocalipsis. Las últimas palabras del muchachote son: “¡No nos piséis, hijos de…!”. Ya no se respeta ni a los mayores. Joder. El Profesor Bacterio ríe a carcajada limpia mientras el Zurbarán se viene abajo con todo el mundo dentro en una secuencia que nos recuerda a la película 'Carrie' pero con Bacterio haciendo el papel de Sissy Spacek.
Al público más joven le sonará a chino, pero a los más mayorcitos el terrible final de la temporada les va a recordar la siniestra conclusión de aquella temporada de Falcon Crest en la que todos los protagonistas viajaban en un avión a punto de estrellarse y quedaba el interrogante de saber quién se salvaba. O aquella temporada de Dinastía que concluía con una boda en la que unos malos se presentaban sin invitación y masacraban a tiros a todo bicho viviente. Bueno, pues aquí va a pasar un poco de lo mismo. El último plano de Física o Química será el de Fer y David, que habían hecho pira el último día, contemplando estupefactos y con los ojos abiertos como platos cómo su colegio se viene abajo. ¿Quién se salvará? ¿Se salvará alguien? ¿Algún profesor saldrá indemne de la catástrofe? ¿Por qué Bacterio es tan vengativo? ¿Qué será del pequeño Isaac si la pobre Paulita fenece en la trágica explosión? ¿Será capaz Vaquero de quitarse de encima la viga de 500 kilos que le ha caído encima? ¿Perdurará el amor entre Román y Ruth más allá de las estrellas? ¿Hay algún protagonista que no haya pasado por las sábanas de Ruth? ¿Cabano se volverá a Inglaterra si es capaz de salvar el pellejo?
Bueno… pues todo el mundo tranquilo. En Hay que estar al Loro no somos tan cabrones. Hemos tenido acceso a todos los guiones y vamos a contaros el final. ¡Resulta que todo era un sueño de Yoli! ¿No visteis el final de 'Los Serrano'? Pues aquí pasa lo mismo. ¡No muere nadie! ¡Tranquilos!
Agencias.
Los productores de 'Física o Química' preparan jugosas novedades para la próxima temporada de la serie que revoluciona las hormonas de los televidentes quinceañeros y no tan quinceañeros. Ante el goteo incesante de bajas entre el elenco de personajes y la dificultad de sustituir a protagonistas tan legendarios como el Gorka, el Cabano, el Julio, que también se ha pirado, el hermano de ‘La Yoli’ y otro mazacote de gente que ha escapado del barco con flotador y todo, los jerifaltes de la productora han decidido realizar varias incorporaciones de peso para intentar batir todas las audiencias habidas y por haber y convertir a FOQ en un programa que deje a toda la familia con los culos pegados a los sofás.
El fichaje de mayor relumbrón será, sin duda, el del Profesor Bacterio, que será el nuevo catedrático de Física y Química del Colegio Zurbarán. El barbudo maestro tratará de ganarse la confianza de sus pupilos, pero los adolescentes rechazan su complicidad y no le dejan participar en los botellones. En pocos capítulos, Bacterio se verá dolido, rechazado y humillado como académico y como persona. Desde luego… qué juventud.
Antena 3 ha pensado que la mejor forma de aumentar el empaque del grupo de alumnos será la de repescar a Quimi y Valle. ¿Se acuerda alguien de ellos? Según los nuevos guiones elaborados, los antiguos protagonistas de ‘Compañeros’ se dan cuenta, diez años después, de que no se puede deambular por la vida sin saber hacer la “o” con un canuto, por lo que deciden regresar a la vida académica con el firme propósito de sacar, de una puñetera vez, el graduado escolar que no consiguieron aprobar en el Colegio Azcona. Es que los profes les tenían manía.
Sin embargo, los talluditos estudiantes tampoco serán bien acogidos por la pandilla del Zurbarán. La actitud de Quimi, que intenta desde su llegada al centro adquirir el control del tráfico escolar de porros con unos modales más propios del gangster Toni ‘El Gordo’, no ayuda a la integración de la nueva pareja de colegiales que sufrirá el despreció de absolutamente todo el mundo. Hasta la señora que pasa la fregona escupe en el suelo cuando les ve pasar.
¡Vuelve el hombre!
Sí, sí, sí. Otra incorporación de peso y relumbrón. Para regocijo del sector femenino de seguidores de FOQ, ¡Cabano vuelve al Zurbarán! ¡Uaaaaaaaaaaah! Su carrera de futbolista en Inglaterra ha quedado truncada por dar positivo en un control antidoping y vuelve a casa con el firme propósito de comerse el turrón en Navidad y recuperar a Ruth. Pero claro, a Ruth le va Román (se acuestan juntitos en la cama, no sabemos si a dormir o a qué) y Román está con Yoli (que parece una vaca con cuernos), que tiene celos de Ruth porque sabe que Román le hace “tilín-tilín” y que ésta ya no le hace caso a Cabano, cuya relación había terminado bruscamente por teléfono aunque ella no quería, oiga, ¡ella no quería! Y ahora vuelve como si nada el Cabano. ¿Pero es Cabano de verdad? Porque le hemos visto en otra serie, ‘Los Protegidos’. ¿Cómo se come esto? ¿Alguien lo entiende? ¿Es realmente Cabano o es un nuevo alumno que se hace pasar por Cabano? ¿No será que Yoli ha contratado a un doble de Cabano para que revolotee alrededor de Ruth y ésta se olvide de Román? La respuesta, en el próximo episodio.
El caso es que las cosas se complican en el Colegio. El equipo de fútbol no gana ningún partido porque son un atajo de tuercebotas. Los presupuestos no alcanzan para cubrir los desperfectos que cada jueves causan los alumnos durante sus estruendosos botellones dentro de las instalaciones docentes. Desaparecen libros de la biblioteca que no son devueltos y el nivel intelectual de los pupilos del Zurbarán deja ya mucho que desear, tal y como se desprende de algunas de las respuestas de sus exámenes. En un control de Historia, por ejemplo, se pregunta quién era Aníbal, y Cabano responde que era “el jefe de El Equipo A”. En otro examen se piden datos sobre Colón y Paula asegura que era “un señor que fabricaba detergentes”. En Matemáticas, Fer apunta que 100 x 100 es “algodón”. En Ciencias Naturales, a la cuestión de “qué es un leucocito” Daniela escribe: “Leu, animal y cocito, pequeño”. Geografía: ¿Sabes en qué continente está China? Respuesta de David: “Sí, lo sé”. Le faltó apostillar un “pero no te lo digo porque soy así de chulo”. Con dos cojones.
Don Martín Aguilar Novallas está agobiado por su mala relación con Olimpia, que tiene una mala hostia terrible y cualquiera se atreve a cabrearla. Decide pegarle a la marihuana en sus ratos libres y su dejadez absoluta impide que lleve a buen término sus labores como director de la cooperativa escolar, que va de mal en peor. Una camarilla de docentes encabezada por el Profesor Van Helsing organiza un golpe de estado para mover la silla de Martín y colocar como máxima rectora del Zurbarán a Clara, que ya ocupó el puesto en su día. Sin embargo, el maléfico plan es descubierto y se organiza una purga que termina con una violenta pelea en los sótanos del Colegio, en plan ‘El Club de la Lucha’. Los opositores de Martín son apaleados vilmente por el fornido pedagogo. Descamisado y pecho en pelo, el cabecilla del Zurbarán hostia sin piedad ni miramientos a los profes malos, que terminan malparados con rasguños y chichones por todo el cuerpo. Los conspiradores son sacados a patadas por el propio Martín, con nocturnidad y alevosía, y la pobre Teresa, que no sale de una para meterse en otra, contempla horrorizada la secuencia. Martín no quiere quedar delante de todo el mundo como un abusón que resuelve sus problemas a hostia limpia. Por eso, amenaza a la pobre alumna con echarla del Colegio si le cuenta a alguien lo que ha visto.
Pero Teresita se lo casca todo a su madre, Verónica, la profesora de Literatura que estuvo liada con Vaquero y con el hermano de Yoli, la que está loquita por los huesos de Román y que antes estuvo con Julio y con el de la guitarra, aquel que no quería tema con Yoli pero luego se arrimó al ex pendoncito de Alma, que ahora es buena. Buena pieza, porque está más quemada que la moto de un hippy desde que el ex malvado Álvaro se interesa un poco por Teresa, que hemos dicho que está siendo amenazada por Martín y que al mismo tiempo se siente ahora atraída por Jorge, el que vive ahora con Verónica. Un lío de tres pares de huevos, vaya. El caso es que Alma, impulsada por la amistad y el buen rollo, puesto que ya no es una desALMAda manipuladora, decide contratar a Gorka, el que ya se había marchado de la serie, para que le cante las cuarenta a Martín. Es que resulta que Gorka ahora es machaca de discoteca poligonera tras haber servido unos meses en los Boy Scouts.
Un final impactante
Último capítulo. Finaliza el periodo lectivo. Todos están felices porque han suspendido todas las asignaturas (la nota más alta la ha sacado Salva Quintanilla, con un 5 pelado en Gimnasia) y tienen que repetir curso, lo que asegura una temporada más de la serie. Pero no cuentan con una terrible sorpresa. El Profesor Bacterio, herido en su orgullo y harto de las tropelías y perrerías que le hacen sus alumnos, decide olvidarse del sabio refrán que dice que los experimentos hay que hacerlos con gaseosa. Preso de un ansia de venganza sin parangón y movido por la ira, decide comprobar la capacidad de resistencia de los pilares del Zurbarán utilizando decenas de barriles de nitroglicerina estratégicamente colocados. Todos los protagonistas están en el Gimnasio, celebrando una fiesta-botellón de fin de curso. Ji, ji, ji-ja, ja, ja, todos empinando el codo y metiendo fichas a todo lo que se mueve. Y comienzan las explosiones atómicas. Todo empieza a derrumbarse y los chicos y chicas comienzan a correr histéricos por el pánico desatado. Quimi y Valle son los primeros en caer y son pisados por la turba que intenta huir del Apocalipsis. Las últimas palabras del muchachote son: “¡No nos piséis, hijos de…!”. Ya no se respeta ni a los mayores. Joder. El Profesor Bacterio ríe a carcajada limpia mientras el Zurbarán se viene abajo con todo el mundo dentro en una secuencia que nos recuerda a la película 'Carrie' pero con Bacterio haciendo el papel de Sissy Spacek.
Al público más joven le sonará a chino, pero a los más mayorcitos el terrible final de la temporada les va a recordar la siniestra conclusión de aquella temporada de Falcon Crest en la que todos los protagonistas viajaban en un avión a punto de estrellarse y quedaba el interrogante de saber quién se salvaba. O aquella temporada de Dinastía que concluía con una boda en la que unos malos se presentaban sin invitación y masacraban a tiros a todo bicho viviente. Bueno, pues aquí va a pasar un poco de lo mismo. El último plano de Física o Química será el de Fer y David, que habían hecho pira el último día, contemplando estupefactos y con los ojos abiertos como platos cómo su colegio se viene abajo. ¿Quién se salvará? ¿Se salvará alguien? ¿Algún profesor saldrá indemne de la catástrofe? ¿Por qué Bacterio es tan vengativo? ¿Qué será del pequeño Isaac si la pobre Paulita fenece en la trágica explosión? ¿Será capaz Vaquero de quitarse de encima la viga de 500 kilos que le ha caído encima? ¿Perdurará el amor entre Román y Ruth más allá de las estrellas? ¿Hay algún protagonista que no haya pasado por las sábanas de Ruth? ¿Cabano se volverá a Inglaterra si es capaz de salvar el pellejo?
Bueno… pues todo el mundo tranquilo. En Hay que estar al Loro no somos tan cabrones. Hemos tenido acceso a todos los guiones y vamos a contaros el final. ¡Resulta que todo era un sueño de Yoli! ¿No visteis el final de 'Los Serrano'? Pues aquí pasa lo mismo. ¡No muere nadie! ¡Tranquilos!
jueves, 23 de septiembre de 2010
EL FINAL DEL VERANO, LLEGÓ
Esta madrugada da comienzo la peor estación del año con el puñetero equinoccio de otoño
Paco Montesdepato. Área de Meteorología.
Se acabó lo bueno, chavales. Como cantaba El Dúo Dinámico, el final del verano, llegó. Y tú partirás. Sí. Bien a gusto le partiríamos la cara al que inventó esta estación tan chunga, pero no nos queda otra que pasar página y olvidarnos del sol y de la playa, de la montaña y de la residencia estival. Los peques a la guardería, los más mayores en el cole y a los más talluditos les quedan dos telediarios para empezar a coger apuntes en los institutos y universidades. Aunque bueno, si la vida del estudiante es tal y como la vemos en FOQ tampoco es que lo vayan a pasar muy mal, porque la madre del cordero, ahí no agarran un libro ni para calzar una mesa.
En fin, los días cada vez son más cortos y la noche nos confunde cada vez más. Las hojas de los árboles caducos empezarán a cubrir los adoquines de nuestras calles para formar una buena alfombra amarillenta que, con las primeras lluvias, se convertirán en una especie de producto deslizante ideal para darte un buen resbalón y dejarte los dientes sobre el asfalto. Es la hora de colgar el bañador, guardar las camisetas e ir desempolvando del armario prendas más calientes para hacer frente a los días grises, al agua y al viento.
Pero sobre todo, hay que poner al mal tiempo buena cara. Surtámonos de kilos de jalea real y afrontemos lo mejor posible lo que nos viene. Según los datos recogidos por la Agencia Estatal de Meteorología, en la que tengo muchos amigos, vamos a tener un otoño con menos agua y un poco más calor del habitual. Bueno. Por si las moscas, recomiendo tener siempre a mano un paraguas, ya sea para protegerse de la lluvia, para romperlo en la cabeza de algún enemigo o para volar como Mary Poppins. Hay que estar al Loro. Y recuerden que no por mucho madrugar, amanece más temprano. Así que no sean tontos y quédense en la cama.
Paco Montesdepato. Área de Meteorología.
Se acabó lo bueno, chavales. Como cantaba El Dúo Dinámico, el final del verano, llegó. Y tú partirás. Sí. Bien a gusto le partiríamos la cara al que inventó esta estación tan chunga, pero no nos queda otra que pasar página y olvidarnos del sol y de la playa, de la montaña y de la residencia estival. Los peques a la guardería, los más mayores en el cole y a los más talluditos les quedan dos telediarios para empezar a coger apuntes en los institutos y universidades. Aunque bueno, si la vida del estudiante es tal y como la vemos en FOQ tampoco es que lo vayan a pasar muy mal, porque la madre del cordero, ahí no agarran un libro ni para calzar una mesa.
En fin, los días cada vez son más cortos y la noche nos confunde cada vez más. Las hojas de los árboles caducos empezarán a cubrir los adoquines de nuestras calles para formar una buena alfombra amarillenta que, con las primeras lluvias, se convertirán en una especie de producto deslizante ideal para darte un buen resbalón y dejarte los dientes sobre el asfalto. Es la hora de colgar el bañador, guardar las camisetas e ir desempolvando del armario prendas más calientes para hacer frente a los días grises, al agua y al viento.
Pero sobre todo, hay que poner al mal tiempo buena cara. Surtámonos de kilos de jalea real y afrontemos lo mejor posible lo que nos viene. Según los datos recogidos por la Agencia Estatal de Meteorología, en la que tengo muchos amigos, vamos a tener un otoño con menos agua y un poco más calor del habitual. Bueno. Por si las moscas, recomiendo tener siempre a mano un paraguas, ya sea para protegerse de la lluvia, para romperlo en la cabeza de algún enemigo o para volar como Mary Poppins. Hay que estar al Loro. Y recuerden que no por mucho madrugar, amanece más temprano. Así que no sean tontos y quédense en la cama.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
EL EQUIPO A
Nuestro experto Charlie Puma Ares divaga en torno al otro gran estreno cinematográfico del verano
Título original: The A-Team.
Año: 2010.
Duración: 121 minutos.
Género: Acción.
Director: Joe Carnahan.
Reparto: Liam Neeson, Bradley Cooper, Quintom ‘Rampage’ Jackson, Sharlto Copley, Jessica Biel, Patrick Wilson, Gerald McRaney, Brian Bloom y unos cuantos pavos más.
Charlie Puma Ares.
Antes de nada, vaya por delante que en Hay que estar al Loro todos fuimos fanáticos seguidores de la serie El Equipo A, de la que hace poco recordamos el 25 aniversario de su estreno en TVE. Si alguien viene a buscar trabajo a nuestra redacción no nos fijamos en sus diplomas y curriculums. Le preguntamos si le gustaba El Equipo A y si la respuesta es negativa, directamente levantamos nuestro dedo índice y señalamos con amabilidad la puerta de salida. Para nosotros, los años 80 no hubieran sido los mismos sin la emisión de esta serie de culto cuyos personajes forman parte, sin ninguna clase de dudas, de nuestro particular imaginario colectivo.
No merece la pena escribir de la serie porque no vamos a contar nada que no se sepa ya sobre los ex combatientes de Vietnam más famosos de la historia de la televisión. Así que será mejor que nos centremos en la versión cinematográfica estrenada este verano. Sí, de verdad que no es ninguna coña. Por fin se ha plasmado en la pantalla grande una película sobre la que se ha estado hablando por lo menos desde hace diez años. Los rumores han sido incesantes a lo largo de todo este tiempo y se barajaron numerosos nombres de directores para ser puestos al frente del proyecto. Sobre los actores para encarnar a los mercenarios, las habladurías citaron una retahíla de nombres más larga que la lista de novios de Ana Obregón (Sí, que ya sabemos todos que apareció en dos capítulos, sí). Se habló de Mel Gibson o Bruce Willis para el papel de ‘Hanníbal’, de Brad Pitt o Richard Gere para Fénix, de Jim Carrey o Woody Harrelson para reencarnar a Murdock o Ice Cube para enfundarse las cadenas de M.A. (B. A. en inglés por Bad Attitude). Al final, las quinielas se quedaron en agua de borrajas y el cuarteto de figuras escogidas rompió todos los pronósticos: Liam Neeson, Bradley Cooper, Quintom ‘Rampage’ Jackson y Sharlto Copley.
La película nos narra cómo el Coronel John ‘Hanníbal’ Smith lidera un grupo especial de Rangers del Ejército norteamericano destinado en Irak y acostumbrado a sacar adelante misiones secretas de elevado peligro. Auspiciados por un misterioso agente de la CIA y desollendo las indicaciones de su inmediato superior, el General Morrison, y de la Capitana Charissa Sosa, los cuatro miembros del Equipo A aceptan el cometido de interceptar un convoy de insurgentes que transporta varios millones de dólares en moneda y planchas para fabricar billetes falsos. Una vez cumplida la misión, un grupo de malvados mercenarios destruyen el contenedor confiscado por ‘Hanníbal’ y sus hombres y matan al General Morrison. Sin el testimonio de éste último, los integrantes del comando no pueden justificar su misión y son degradados, expulsados del Ejército y encarcelados. Sin embargo, nuestros protagonistas no tardan (bueno, un poco sí. Seis meses, para ser concretos) en fugarse de las prisiones en las que se encontraban recluidos (por separado, claro) con la intención de recuperar las planchas de impresión, vengarse del hijo puta que les tendió la trampa y limpiar sus nombres.
¿Odiosas comparaciones?
Bueno, venga, lo diré. Tengo que reconocer que Liam Neeson está muy bien en el papel de ‘Hanníbal’, y es que el norirlandés es un pedazo de actor como la copa de un pino que lo mismo te borda su papel de protagonista en la dramática ‘La Lista de Schindler’ como te sale de puta madre en una comedia como ‘Love Actually’ o te hace de mentor del hombre murciélago en ‘Batman Begins’. Un todoterreno, que se suele decir. Bien caracterizado y con su sempiterno puro en la boca, Neeson consigue salir airoso de la difícil papeleta de sustituir al malogrado George Peppard, lo cual, al menos para mí, tiene mucho mérito.
Para el rol de mi querido Templeton ‘Face’ Peck, Bradley Cooper, al que descubrí en la absolutamente genial ‘Resacón en Las Vegas’, presenta un registro bastante diferente al de Dirk Benedict. El Fénix cinematográfico no llega a ser tan pícaro y canalla como el original, pero la verdad es que Cooper me cae bien y, por lo tanto, también le doy el visto bueno. Lo mismo me ocurre con Sharlto Copley. El sudafricano, protagonista de ‘Distrito 9’, también cumple con la espinosa tarea de dar vida al ‘Loco Aullador’ Murdock, por cuya interpretación Dwight Schultz hubiera merecido una docena de Emmys, por lo menos. Quiero dejar bien clara una cosa: es imposible suplir los rostros originales, así que tenemos que ser un poco flexibles a la hora de juzgar el trabajo de los actores escogidos.
Soy consciente de que para los fans más puristas de la serie (los que reniegan de la quinta temporada televisiva, por ejemplo) el mero hecho de que se haya filmado la película es ya un puto sacrilegio. Yo mismo, en parte, les comprendo y tengo que reconocer que era muy reacio a ver a mis ídolos de infancia con otras jetas. Me ha costado mucho decidirme a ver el trabajo de Carnahan. Hay que admitirlo e insisto: Es imposible que ningún actor del mundo se meta en el pellejo de M.A. Baracus sin que te acuerdes o eches de menos a Mr. T. Sin embargo, la película se ha llevado a cabo y, ante la imposibilidad de recuperar el fondo, las formas y el carisma de la serie, sólo quedaba la alternativa del “renovarse o morir” y adaptarse a los nuevos tiempos.
¿Qué aporta?
Ya de primeras, el guión de la película es bastante más enrevesado que el de cualquiera de los capítulos de la televisión, cuyos argumentos eran tan simples como el mecanismo de un chupete. La puesta al día obligó a convertir a los veteranos de Vietnam en veteranos de Irak. Eso sí, desconozco por qué se ha cambiado el rango de M.A., que si bien en la televisión era Sargento, en el cine es Cabo. Lo mismo que con el General Morrison, que en la serie era un Coronel.
El Equipo A, el filme, es una buena película de acción, lo cual es normal en una producción en la que participan los hermanos Scott (Ridley & Tony) y está dirigida con eficacia por Joe Carnahan. Los efectos especiales y las nuevas tecnologías propician la espectacularidad propia de un trabajo habitual de Hollywood.
Los primeros minutos de la cinta son una especie de prólogo muy interesante en el que nos explican cómo se conocen los personajes o el origen del miedo atroz que sufre M.A. a las alturas (algo en lo que tiene mucho que ver Murdock, lo que a su vez explica también por qué el forzudo Baracus le tiene tanta manía al osado piloto). Tras ese preámbulo la historia da un salto de ocho años y nos sitúa en la actualidad. Los protagonistas son algo más duros que en la serie. Por poner un ejemplo… ¡dicen tacos! (La última frase de M.A.: “Es una cabronada” ¿Se imaginan al bueno de Mr. T diciendo eso?). Al contrario que en la serie, aquí sí que hay muertos, por lo que los detractores no pueden utilizar el tan manido y cansino argumento de que nadie espichaba a pesar de que se disparaban toneladas de cartuchos y se lanzaban cientos de granadas. No. Aquí no se regocijan con la sangre, pero se ve que hay malos que muerden el polvo.
¿Todo es diferente?
Pues no. Aunque la estética y las formas nos hagan pensar que la película no tiene nada que ver con la serie, eso no es cierto. A grandes rasgos, se ha tratado de mantener el espíritu del serial, y supongo que de eso se habrá encargado el creador del mismo, Stephen J. Cannell, que para mi tranquilidad participó en la producción. La legendaria sintonía de la serie, de Pete Carpenter y Mike Post, suena durante la secuencia de la fuga de Murdock y sus primeras notas también se dejan escuchar justo antes de iniciarse los créditos finales. Tanto la acción de la serie como la de la película tienen comienzo en México. M.A. conduce durante los primeros minutos de metraje una réplica de la famosa furgoneta negra con franja roja de la GMC. Aunque mejor no le decimos a los que no han visto la película lo que ocurre con ella.
Cuando ‘Hannibal’ y M.A. acuden al inicial rescate de Fénix, el curtido Coronel empuña un rifle automático exactamente igual al que utilizaban todos los miembros del Equipo A en la serie original. En esta nueva versión a M.A. le siguen teniendo que sedar con inyecciones para lograr subirlo a cualquier tipo de aparato volador y el fornido Baracus se sigue pillando unos encabronamientos espectaculares cuando se despierta y ve que sus compañeros de armas se la han vuelto a jugar. Murdock continúa estando como una puta cabra y sigue habiendo escenas (pocas, eso sí) en las que nuestros amigos se divierten construyendo artilugios con soplete y mucha maña. Por otra parte, los guiños son constantes y no puede ser casualidad que uno de los malos de la función responsa al nombre de Lynch que, por si alguien no lo recuerda, era el oficial que perseguía a los integrantes del equipo en la primera temporada de la serie. A partir de la segunda, el Coronel Decker fue el encargado de pisar los talones (sin mucho éxito) a Smith y sus chicos. En definitiva, que tampoco se puede decir que no tiene nada, nada que ver con la serie. Hombre, admitamos que hay nexos de unión entre ambos trabajos.
El personaje femenino
Si hubo un personaje de El Equipo A que en su etapa televisiva creara algo de polémica ese fue, sin duda, el de Amy Amanda Allen. El integrante femenino de la escuadra de ‘Hannibal’ Smith era, para qué vamos a negarlo, un estorbo. Recuerdo que cuando éramos críos y jugábamos en el patio del colegio a emular a nuestros queridos héroes de ficción, todos nos peleábamos por ser ‘Hannibal’, Fénix, Murdock o M.A. Pero nadie quería ser Amy. De hecho, al típico alumno marginado de turno o al que se le tenía manía se le decía aquello de “tú eres la chica”, lo cual no dejaba de ser una humillación de tomo y lomo en aquellos tiempos en los que la corrección política no estaba tan de moda. Leches, uno prefería ser el Capitán Crane (el Policía Militar afroamericano de bigote que conducía el coche patrulla del Coronel Decker) antes que tener que hacer de Amy.
El caso es que los productores pronto vieron que el personaje no encajaba en un show de tíos y decidieron largar a Melinda Culea, a la que, según parece, George Peppard no podía ver ni en pintura. Como en toda creación de Hollywood es importante introducir, como sea, el papel de una buena chavala, los responsables de The A-Team han optado por no cometer la torpeza de meter a una chica como miembro del equipo y se han sacado de la manga el papel de la Capitana (Luego la degradan a Teniente) Charissa Sosa, un antiguo ligue de Fénix que persigue a los héroes injustamente encarcelados por un crimen que no han cometido pero a los que termina ayudando, como buena chica. El papel fue adjudicado a la guapísima Jessica Biel. ¡Jessica, si lees esto, que sepas que en Hay que estar al Loro te adoramos!
Sé que a muchos esta película no les ha gustado. Pero, si la nostalgia y el agradable recuerdo de aquellas tardes de sábado nos impiden saborear este remake, siempre nos quedarán los DVD’s para volver a contemplar esas aventuras con historias escuetas pero adictivas que nos fascinaron hace dos décadas. Esa posibilidad, afortunadamente, siempre la tendremos ahí. Pero, para gustos, los colores. Francamente, desde mi humilde punto de vista, merece la pena darle una oportunidad a este renovado Equipo A.
No quiero terminar sin dejar un consejo para los muy, muy, muy fanáticos de la serie original. Por favor, sean ustedes pacientes y esperen a que concluyan los créditos finales. Tendréis una agradable sorpresa. Prometido.
Título original: The A-Team.
Año: 2010.
Duración: 121 minutos.
Género: Acción.
Director: Joe Carnahan.
Reparto: Liam Neeson, Bradley Cooper, Quintom ‘Rampage’ Jackson, Sharlto Copley, Jessica Biel, Patrick Wilson, Gerald McRaney, Brian Bloom y unos cuantos pavos más.
Charlie Puma Ares.
Antes de nada, vaya por delante que en Hay que estar al Loro todos fuimos fanáticos seguidores de la serie El Equipo A, de la que hace poco recordamos el 25 aniversario de su estreno en TVE. Si alguien viene a buscar trabajo a nuestra redacción no nos fijamos en sus diplomas y curriculums. Le preguntamos si le gustaba El Equipo A y si la respuesta es negativa, directamente levantamos nuestro dedo índice y señalamos con amabilidad la puerta de salida. Para nosotros, los años 80 no hubieran sido los mismos sin la emisión de esta serie de culto cuyos personajes forman parte, sin ninguna clase de dudas, de nuestro particular imaginario colectivo.
No merece la pena escribir de la serie porque no vamos a contar nada que no se sepa ya sobre los ex combatientes de Vietnam más famosos de la historia de la televisión. Así que será mejor que nos centremos en la versión cinematográfica estrenada este verano. Sí, de verdad que no es ninguna coña. Por fin se ha plasmado en la pantalla grande una película sobre la que se ha estado hablando por lo menos desde hace diez años. Los rumores han sido incesantes a lo largo de todo este tiempo y se barajaron numerosos nombres de directores para ser puestos al frente del proyecto. Sobre los actores para encarnar a los mercenarios, las habladurías citaron una retahíla de nombres más larga que la lista de novios de Ana Obregón (Sí, que ya sabemos todos que apareció en dos capítulos, sí). Se habló de Mel Gibson o Bruce Willis para el papel de ‘Hanníbal’, de Brad Pitt o Richard Gere para Fénix, de Jim Carrey o Woody Harrelson para reencarnar a Murdock o Ice Cube para enfundarse las cadenas de M.A. (B. A. en inglés por Bad Attitude). Al final, las quinielas se quedaron en agua de borrajas y el cuarteto de figuras escogidas rompió todos los pronósticos: Liam Neeson, Bradley Cooper, Quintom ‘Rampage’ Jackson y Sharlto Copley.
La película nos narra cómo el Coronel John ‘Hanníbal’ Smith lidera un grupo especial de Rangers del Ejército norteamericano destinado en Irak y acostumbrado a sacar adelante misiones secretas de elevado peligro. Auspiciados por un misterioso agente de la CIA y desollendo las indicaciones de su inmediato superior, el General Morrison, y de la Capitana Charissa Sosa, los cuatro miembros del Equipo A aceptan el cometido de interceptar un convoy de insurgentes que transporta varios millones de dólares en moneda y planchas para fabricar billetes falsos. Una vez cumplida la misión, un grupo de malvados mercenarios destruyen el contenedor confiscado por ‘Hanníbal’ y sus hombres y matan al General Morrison. Sin el testimonio de éste último, los integrantes del comando no pueden justificar su misión y son degradados, expulsados del Ejército y encarcelados. Sin embargo, nuestros protagonistas no tardan (bueno, un poco sí. Seis meses, para ser concretos) en fugarse de las prisiones en las que se encontraban recluidos (por separado, claro) con la intención de recuperar las planchas de impresión, vengarse del hijo puta que les tendió la trampa y limpiar sus nombres.
¿Odiosas comparaciones?
Bueno, venga, lo diré. Tengo que reconocer que Liam Neeson está muy bien en el papel de ‘Hanníbal’, y es que el norirlandés es un pedazo de actor como la copa de un pino que lo mismo te borda su papel de protagonista en la dramática ‘La Lista de Schindler’ como te sale de puta madre en una comedia como ‘Love Actually’ o te hace de mentor del hombre murciélago en ‘Batman Begins’. Un todoterreno, que se suele decir. Bien caracterizado y con su sempiterno puro en la boca, Neeson consigue salir airoso de la difícil papeleta de sustituir al malogrado George Peppard, lo cual, al menos para mí, tiene mucho mérito.
Para el rol de mi querido Templeton ‘Face’ Peck, Bradley Cooper, al que descubrí en la absolutamente genial ‘Resacón en Las Vegas’, presenta un registro bastante diferente al de Dirk Benedict. El Fénix cinematográfico no llega a ser tan pícaro y canalla como el original, pero la verdad es que Cooper me cae bien y, por lo tanto, también le doy el visto bueno. Lo mismo me ocurre con Sharlto Copley. El sudafricano, protagonista de ‘Distrito 9’, también cumple con la espinosa tarea de dar vida al ‘Loco Aullador’ Murdock, por cuya interpretación Dwight Schultz hubiera merecido una docena de Emmys, por lo menos. Quiero dejar bien clara una cosa: es imposible suplir los rostros originales, así que tenemos que ser un poco flexibles a la hora de juzgar el trabajo de los actores escogidos.
Soy consciente de que para los fans más puristas de la serie (los que reniegan de la quinta temporada televisiva, por ejemplo) el mero hecho de que se haya filmado la película es ya un puto sacrilegio. Yo mismo, en parte, les comprendo y tengo que reconocer que era muy reacio a ver a mis ídolos de infancia con otras jetas. Me ha costado mucho decidirme a ver el trabajo de Carnahan. Hay que admitirlo e insisto: Es imposible que ningún actor del mundo se meta en el pellejo de M.A. Baracus sin que te acuerdes o eches de menos a Mr. T. Sin embargo, la película se ha llevado a cabo y, ante la imposibilidad de recuperar el fondo, las formas y el carisma de la serie, sólo quedaba la alternativa del “renovarse o morir” y adaptarse a los nuevos tiempos.
¿Qué aporta?
Ya de primeras, el guión de la película es bastante más enrevesado que el de cualquiera de los capítulos de la televisión, cuyos argumentos eran tan simples como el mecanismo de un chupete. La puesta al día obligó a convertir a los veteranos de Vietnam en veteranos de Irak. Eso sí, desconozco por qué se ha cambiado el rango de M.A., que si bien en la televisión era Sargento, en el cine es Cabo. Lo mismo que con el General Morrison, que en la serie era un Coronel.
El Equipo A, el filme, es una buena película de acción, lo cual es normal en una producción en la que participan los hermanos Scott (Ridley & Tony) y está dirigida con eficacia por Joe Carnahan. Los efectos especiales y las nuevas tecnologías propician la espectacularidad propia de un trabajo habitual de Hollywood.
Los primeros minutos de la cinta son una especie de prólogo muy interesante en el que nos explican cómo se conocen los personajes o el origen del miedo atroz que sufre M.A. a las alturas (algo en lo que tiene mucho que ver Murdock, lo que a su vez explica también por qué el forzudo Baracus le tiene tanta manía al osado piloto). Tras ese preámbulo la historia da un salto de ocho años y nos sitúa en la actualidad. Los protagonistas son algo más duros que en la serie. Por poner un ejemplo… ¡dicen tacos! (La última frase de M.A.: “Es una cabronada” ¿Se imaginan al bueno de Mr. T diciendo eso?). Al contrario que en la serie, aquí sí que hay muertos, por lo que los detractores no pueden utilizar el tan manido y cansino argumento de que nadie espichaba a pesar de que se disparaban toneladas de cartuchos y se lanzaban cientos de granadas. No. Aquí no se regocijan con la sangre, pero se ve que hay malos que muerden el polvo.
¿Todo es diferente?
Pues no. Aunque la estética y las formas nos hagan pensar que la película no tiene nada que ver con la serie, eso no es cierto. A grandes rasgos, se ha tratado de mantener el espíritu del serial, y supongo que de eso se habrá encargado el creador del mismo, Stephen J. Cannell, que para mi tranquilidad participó en la producción. La legendaria sintonía de la serie, de Pete Carpenter y Mike Post, suena durante la secuencia de la fuga de Murdock y sus primeras notas también se dejan escuchar justo antes de iniciarse los créditos finales. Tanto la acción de la serie como la de la película tienen comienzo en México. M.A. conduce durante los primeros minutos de metraje una réplica de la famosa furgoneta negra con franja roja de la GMC. Aunque mejor no le decimos a los que no han visto la película lo que ocurre con ella.
Cuando ‘Hannibal’ y M.A. acuden al inicial rescate de Fénix, el curtido Coronel empuña un rifle automático exactamente igual al que utilizaban todos los miembros del Equipo A en la serie original. En esta nueva versión a M.A. le siguen teniendo que sedar con inyecciones para lograr subirlo a cualquier tipo de aparato volador y el fornido Baracus se sigue pillando unos encabronamientos espectaculares cuando se despierta y ve que sus compañeros de armas se la han vuelto a jugar. Murdock continúa estando como una puta cabra y sigue habiendo escenas (pocas, eso sí) en las que nuestros amigos se divierten construyendo artilugios con soplete y mucha maña. Por otra parte, los guiños son constantes y no puede ser casualidad que uno de los malos de la función responsa al nombre de Lynch que, por si alguien no lo recuerda, era el oficial que perseguía a los integrantes del equipo en la primera temporada de la serie. A partir de la segunda, el Coronel Decker fue el encargado de pisar los talones (sin mucho éxito) a Smith y sus chicos. En definitiva, que tampoco se puede decir que no tiene nada, nada que ver con la serie. Hombre, admitamos que hay nexos de unión entre ambos trabajos.
El personaje femenino
Si hubo un personaje de El Equipo A que en su etapa televisiva creara algo de polémica ese fue, sin duda, el de Amy Amanda Allen. El integrante femenino de la escuadra de ‘Hannibal’ Smith era, para qué vamos a negarlo, un estorbo. Recuerdo que cuando éramos críos y jugábamos en el patio del colegio a emular a nuestros queridos héroes de ficción, todos nos peleábamos por ser ‘Hannibal’, Fénix, Murdock o M.A. Pero nadie quería ser Amy. De hecho, al típico alumno marginado de turno o al que se le tenía manía se le decía aquello de “tú eres la chica”, lo cual no dejaba de ser una humillación de tomo y lomo en aquellos tiempos en los que la corrección política no estaba tan de moda. Leches, uno prefería ser el Capitán Crane (el Policía Militar afroamericano de bigote que conducía el coche patrulla del Coronel Decker) antes que tener que hacer de Amy.
El caso es que los productores pronto vieron que el personaje no encajaba en un show de tíos y decidieron largar a Melinda Culea, a la que, según parece, George Peppard no podía ver ni en pintura. Como en toda creación de Hollywood es importante introducir, como sea, el papel de una buena chavala, los responsables de The A-Team han optado por no cometer la torpeza de meter a una chica como miembro del equipo y se han sacado de la manga el papel de la Capitana (Luego la degradan a Teniente) Charissa Sosa, un antiguo ligue de Fénix que persigue a los héroes injustamente encarcelados por un crimen que no han cometido pero a los que termina ayudando, como buena chica. El papel fue adjudicado a la guapísima Jessica Biel. ¡Jessica, si lees esto, que sepas que en Hay que estar al Loro te adoramos!
Sé que a muchos esta película no les ha gustado. Pero, si la nostalgia y el agradable recuerdo de aquellas tardes de sábado nos impiden saborear este remake, siempre nos quedarán los DVD’s para volver a contemplar esas aventuras con historias escuetas pero adictivas que nos fascinaron hace dos décadas. Esa posibilidad, afortunadamente, siempre la tendremos ahí. Pero, para gustos, los colores. Francamente, desde mi humilde punto de vista, merece la pena darle una oportunidad a este renovado Equipo A.
No quiero terminar sin dejar un consejo para los muy, muy, muy fanáticos de la serie original. Por favor, sean ustedes pacientes y esperen a que concluyan los créditos finales. Tendréis una agradable sorpresa. Prometido.
sábado, 11 de septiembre de 2010
MEDIO CENTENAR DE NIÑOS HOSPITALIZADOS TRAS UN INFERNAL VIAJE DE EXCURSIÓN EN AUTOCAR
El conductor quiso escarmentar a los mocosos por su comportamiento gamberro a bordo
Macario el Becario.
Cerca de cincuenta alumnos de un colegio de primaria no podrán iniciar el curso escolar tras su ingreso urgente en diversos hospitales comarcales después de sufrir todo tipo de heridas y daños mentales en el transcurso de un viaje de excursión. Los niños, procedentes de un campamento de colonia, se disponían a realizar una salida para concluir el periodo de vacaciones estivales justo a las puertas de comenzar, el próximo lunes, con sus pertinentes jornadas lectivas. Según relatan los informes de la Policía Montada del Canadá, que investiga los hechos junto con la Guardia Civil y una Sección de Lanceros Bengalíes, lo que empezó como un viaje lúdico y festivo terminó convirtiéndose en un trayecto terrorífico con amotinamiento de la chavalería incluido.
El itinerario de la discordia se inició a las 9:00 horas de la mañana de hoy, cuando el medio centenar de alumnos partía en autocar de la Colonia Campamento Krasty en dirección al parque zoológico en el que se encuentra recluido Mofly, el último Koala. Al frente de la expedición se encontraba la tutora, Señorita Rottenmeier, que trataba de aplacar los ánimos de unos mocosos con los estómagos un tanto revueltos después de su copioso desayuno consistente en bacón, huevos fritos con chorizo, Frosties de Kellogs (poderosa energía), sandías, tostadas untadas de Tulipán con grasa de cacahuetes y galletas María Fontaneda con leche, mucha leche sin Cola Cao.
Viaje con nosotros
Una vez situados en sus respectivos asientos e iniciado el viaje, algunos niños ya empezaron a hacer de las suyas. Cuatro pequeños, que no se habían tomado la Biodramina, sufrieron los efectos del mareo y depositaron violentamente todo lo que habían desayunado en el interior de las correspondientes bolsas grises que se reparten en casos de emergencia. Automáticamente, algunos compañeros de los mareados pasaron a utilizar esas bolsas cargadas de vómitos como armas arrojadizas y lanzaron los malolientes artefactos por las ventanillas contra los coches que transitaban por la carretera de forma paralela al autobús, estallando contra los parabrisas de los utilitarios y desperdigando los apestosos vómitos a diestro y siniestro. La Señorita Rottenmeier trató de reprender a los pequeños vándalos, pero lo único que consiguió fue “azuzar un nido de avispas”, como ella misma ha confirmado a la redacción de Hay que estar al Loro.
Se sabe, a ciencia cierta, que los alumnos situados en los últimos asientos del autobús se liaron unos porros y quemaron la tapicería de dos butacas, además de arrojar chicles usados contra las cabezas de los empollones. Los gritos y los ánimos de “dar guerra” se extendieron a todo el pasaje que, siguiendo las viejas tradiciones escolares en caso de excursión, procedió a entonar los clásicos cánticos para tocar las narices al chofer. De esta forma, tras el archifamoso “hip, hip hurra, las chicas a la basura”, empezaron a canturrear la conocida “para ser conductor de primera, acelera, acelera”. El piloto, Otto Mann, no tuvo a bien seguir los consejos de los renacuajos y, tras levantarles el dedo corazón y dedicarles una peineta, exigió a la Señorita Rottenmeier que hiciese callar a los pequeños. Pero los peques contraatacaron con otro clásico: “El señor conductor no se ríeeee, no se ríeeee, no se ríeeeeeee. El señor conductor no se ríeeee, no se ríeeee el señor conductor”.
La cosa se fue torciendo cada vez más con el paso de los minutos al incrementarse el nivel de los cánticos. “Queremos ir a noventa, queremos ir a noventa, queremos ir a noventaaaaaaaaaa, y luego al hospital”. El conductor empezó a perder los estribos y mientras se desgañitaba pidiendo silencio los críos siguieron completando su cancioncilla. “Con un letrero que diga, con un letrero que diga, con un letrero que digaaaaaaaaaa, murió por animal”, canturrearon los niños. Otto Mann comenzó a insultar a los alumnos llamándoles “pequeñas sabandijas” y la Señorita Rottenmeier no fue capaz de evitar el cruce de acusaciones entre conductor y pasajeros. Los pequeños, sobrepasaron la raya y la delgada línea roja cuando iniciaron sus cánticos más feroces con el claramente ofensivo “el conductorrrrrrrrrrrrrrrrr, cabrón y maricón”.
“Aquello fue la gota que colmó el vaso”, ha reconocido el propio Otto Mann a las autoridades. Pese a estar acostumbrado a lidiar con pasajeros de la talla de Bart Simpson o Nelson Muntz, Otto no pudo soportar que tanto “baboso malcriado”, según sus propias palabras, se le subiera “a las barbas” y decidió que había que dar a los pequeños amotinados “una buena lección”.
Una ruta suicida
Según recoge el tacógrafo, Otto aceleró en una bajada del 20% hasta poner el viejo Pegaso en el que viajaban a más de 130 kilómetros por hora, es decir, cuarenta más de lo que pedían los niños en sus canciones y los suficientes como para enviarlos no ya al hospital, sino al cementerio más cercano sin necesidad de cavar tumba ni nada. Los impúberes dejaron las risas y el cachondeo al ser plenamente conscientes del peligro que corrían. Algunas niñas empezaron a chillar mientras otros, que no se habían colocado el cinturón de seguridad (básicamente porque el autobús, con más de treinta años de servicio, no cumplía con la reglamentación pertinente y carecía de las obligadas sujeciones), empezaron a estamparse contra los asientos que tenían delante.
La Señorita Rottenmeier, que se dio de morros contra la luna delantera antes de rebotar y caer contra el suelo, perdió varias piezas de su dentadura y recibió el impacto directo de un niño que salió despedido de su asiento. Otto Mann comenzó a realizar virguerías al volante haciendo gala de una ilimitada temeridad. Con el motor al máximo de revoluciones y sin bajar en ningún momento de los 120 KM/H, el autobús saltó la mediana y se metió en dirección contraria al sentido de la circulación. Los niños gritaban histéricos, absolutamente fuera de sí, cuando veían cómo su autobús kamikaze esquivaba los coches que circulaban en sentido contrario mediante bruscos volantazos que los hacían caer de sus asientos. En las curvas muy cerradas, el vehículo escolar se escoraba violentamente y se quedaba elevado a dos ruedas, de manera que los chicos sentados en el lado izquierdo caían a plomo estampándose sobre sus compañeros de la fila de asientos derechos y viceversa. El autobús atravesó a toda potencia todos los badenes que encontró a su paso haciendo saltar a los pequeños ocupantes hasta el techo, abriendo brechas y provocando coscorrones y chichones. El remate final llegó cuando el chofer, que había forzado el motor al límite otra vez en una cuesta abajo, pisó de forma brutal el pedal del freno para detener el bus en seco. Los alumnos que aún estaban medio sanos impactaron violentamente contra los asientos que les precedían y los que ya estaban machacados terminaron para el arrastre tras salir despedidos.
Cuando las asistencias sanitarias llegaron al punto kilométrico en el que el viejo Pegaso quedó inmovilizado, con las llantas abrasadas y el motor echando humo, se encontraron con un panorama desolador. Decenas de niños se encontraban tirados gimiendo y llorando entre paletos, colmillos, molares y premolares desperdigados por el suelo. Brechas, torceduras, raspones, hematomas, charcos de sangre, charcos de vómitos, charcos de orina de los más cobardicas… La Señorita Rottenmeier fue de las peor paradas. Además de necesitar una reparación urgente de quijada, sufrió tres roturas de huesos provocadas por los golpes de niños que salían volando de sus asientos. Todos los chiquillos tuvieron que ser atendidos e ingresados, muchos de ellos con claros síntomas de stress postraumático “que les dejarán secuelas mentales de por vida”, según el Dr. Hannibal Lecter. Los psicólogos aseguran que "ninguno de estos rapaces podrá volver a subirse siquiera a un patinete sin recordar lo que les ha pasado". Una experiencia que les marcará de por vida.
Cerca de cincuenta alumnos de un colegio de primaria no podrán iniciar el curso escolar tras su ingreso urgente en diversos hospitales comarcales después de sufrir todo tipo de heridas y daños mentales en el transcurso de un viaje de excursión. Los niños, procedentes de un campamento de colonia, se disponían a realizar una salida para concluir el periodo de vacaciones estivales justo a las puertas de comenzar, el próximo lunes, con sus pertinentes jornadas lectivas. Según relatan los informes de la Policía Montada del Canadá, que investiga los hechos junto con la Guardia Civil y una Sección de Lanceros Bengalíes, lo que empezó como un viaje lúdico y festivo terminó convirtiéndose en un trayecto terrorífico con amotinamiento de la chavalería incluido.
El itinerario de la discordia se inició a las 9:00 horas de la mañana de hoy, cuando el medio centenar de alumnos partía en autocar de la Colonia Campamento Krasty en dirección al parque zoológico en el que se encuentra recluido Mofly, el último Koala. Al frente de la expedición se encontraba la tutora, Señorita Rottenmeier, que trataba de aplacar los ánimos de unos mocosos con los estómagos un tanto revueltos después de su copioso desayuno consistente en bacón, huevos fritos con chorizo, Frosties de Kellogs (poderosa energía), sandías, tostadas untadas de Tulipán con grasa de cacahuetes y galletas María Fontaneda con leche, mucha leche sin Cola Cao.
Viaje con nosotros
Una vez situados en sus respectivos asientos e iniciado el viaje, algunos niños ya empezaron a hacer de las suyas. Cuatro pequeños, que no se habían tomado la Biodramina, sufrieron los efectos del mareo y depositaron violentamente todo lo que habían desayunado en el interior de las correspondientes bolsas grises que se reparten en casos de emergencia. Automáticamente, algunos compañeros de los mareados pasaron a utilizar esas bolsas cargadas de vómitos como armas arrojadizas y lanzaron los malolientes artefactos por las ventanillas contra los coches que transitaban por la carretera de forma paralela al autobús, estallando contra los parabrisas de los utilitarios y desperdigando los apestosos vómitos a diestro y siniestro. La Señorita Rottenmeier trató de reprender a los pequeños vándalos, pero lo único que consiguió fue “azuzar un nido de avispas”, como ella misma ha confirmado a la redacción de Hay que estar al Loro.
Se sabe, a ciencia cierta, que los alumnos situados en los últimos asientos del autobús se liaron unos porros y quemaron la tapicería de dos butacas, además de arrojar chicles usados contra las cabezas de los empollones. Los gritos y los ánimos de “dar guerra” se extendieron a todo el pasaje que, siguiendo las viejas tradiciones escolares en caso de excursión, procedió a entonar los clásicos cánticos para tocar las narices al chofer. De esta forma, tras el archifamoso “hip, hip hurra, las chicas a la basura”, empezaron a canturrear la conocida “para ser conductor de primera, acelera, acelera”. El piloto, Otto Mann, no tuvo a bien seguir los consejos de los renacuajos y, tras levantarles el dedo corazón y dedicarles una peineta, exigió a la Señorita Rottenmeier que hiciese callar a los pequeños. Pero los peques contraatacaron con otro clásico: “El señor conductor no se ríeeee, no se ríeeee, no se ríeeeeeee. El señor conductor no se ríeeee, no se ríeeee el señor conductor”.
La cosa se fue torciendo cada vez más con el paso de los minutos al incrementarse el nivel de los cánticos. “Queremos ir a noventa, queremos ir a noventa, queremos ir a noventaaaaaaaaaa, y luego al hospital”. El conductor empezó a perder los estribos y mientras se desgañitaba pidiendo silencio los críos siguieron completando su cancioncilla. “Con un letrero que diga, con un letrero que diga, con un letrero que digaaaaaaaaaa, murió por animal”, canturrearon los niños. Otto Mann comenzó a insultar a los alumnos llamándoles “pequeñas sabandijas” y la Señorita Rottenmeier no fue capaz de evitar el cruce de acusaciones entre conductor y pasajeros. Los pequeños, sobrepasaron la raya y la delgada línea roja cuando iniciaron sus cánticos más feroces con el claramente ofensivo “el conductorrrrrrrrrrrrrrrrr, cabrón y maricón”.
“Aquello fue la gota que colmó el vaso”, ha reconocido el propio Otto Mann a las autoridades. Pese a estar acostumbrado a lidiar con pasajeros de la talla de Bart Simpson o Nelson Muntz, Otto no pudo soportar que tanto “baboso malcriado”, según sus propias palabras, se le subiera “a las barbas” y decidió que había que dar a los pequeños amotinados “una buena lección”.
Una ruta suicida
Según recoge el tacógrafo, Otto aceleró en una bajada del 20% hasta poner el viejo Pegaso en el que viajaban a más de 130 kilómetros por hora, es decir, cuarenta más de lo que pedían los niños en sus canciones y los suficientes como para enviarlos no ya al hospital, sino al cementerio más cercano sin necesidad de cavar tumba ni nada. Los impúberes dejaron las risas y el cachondeo al ser plenamente conscientes del peligro que corrían. Algunas niñas empezaron a chillar mientras otros, que no se habían colocado el cinturón de seguridad (básicamente porque el autobús, con más de treinta años de servicio, no cumplía con la reglamentación pertinente y carecía de las obligadas sujeciones), empezaron a estamparse contra los asientos que tenían delante.
La Señorita Rottenmeier, que se dio de morros contra la luna delantera antes de rebotar y caer contra el suelo, perdió varias piezas de su dentadura y recibió el impacto directo de un niño que salió despedido de su asiento. Otto Mann comenzó a realizar virguerías al volante haciendo gala de una ilimitada temeridad. Con el motor al máximo de revoluciones y sin bajar en ningún momento de los 120 KM/H, el autobús saltó la mediana y se metió en dirección contraria al sentido de la circulación. Los niños gritaban histéricos, absolutamente fuera de sí, cuando veían cómo su autobús kamikaze esquivaba los coches que circulaban en sentido contrario mediante bruscos volantazos que los hacían caer de sus asientos. En las curvas muy cerradas, el vehículo escolar se escoraba violentamente y se quedaba elevado a dos ruedas, de manera que los chicos sentados en el lado izquierdo caían a plomo estampándose sobre sus compañeros de la fila de asientos derechos y viceversa. El autobús atravesó a toda potencia todos los badenes que encontró a su paso haciendo saltar a los pequeños ocupantes hasta el techo, abriendo brechas y provocando coscorrones y chichones. El remate final llegó cuando el chofer, que había forzado el motor al límite otra vez en una cuesta abajo, pisó de forma brutal el pedal del freno para detener el bus en seco. Los alumnos que aún estaban medio sanos impactaron violentamente contra los asientos que les precedían y los que ya estaban machacados terminaron para el arrastre tras salir despedidos.
Cuando las asistencias sanitarias llegaron al punto kilométrico en el que el viejo Pegaso quedó inmovilizado, con las llantas abrasadas y el motor echando humo, se encontraron con un panorama desolador. Decenas de niños se encontraban tirados gimiendo y llorando entre paletos, colmillos, molares y premolares desperdigados por el suelo. Brechas, torceduras, raspones, hematomas, charcos de sangre, charcos de vómitos, charcos de orina de los más cobardicas… La Señorita Rottenmeier fue de las peor paradas. Además de necesitar una reparación urgente de quijada, sufrió tres roturas de huesos provocadas por los golpes de niños que salían volando de sus asientos. Todos los chiquillos tuvieron que ser atendidos e ingresados, muchos de ellos con claros síntomas de stress postraumático “que les dejarán secuelas mentales de por vida”, según el Dr. Hannibal Lecter. Los psicólogos aseguran que "ninguno de estos rapaces podrá volver a subirse siquiera a un patinete sin recordar lo que les ha pasado". Una experiencia que les marcará de por vida.
jueves, 2 de septiembre de 2010
LOS MERCENARIOS
Nuestro hombre de cine Charlie Puma Ares analiza uno de los estrenos del verano
Título original: The Expendables.
Año: 2010.
Duración: 100 minutos.
Género: Acción.
Director: Sylvester Stallone.
Reparto: Sylvester Stallone, Jason Statham, Jet Li, Terry Crews, Mickey Rourke, Dolph Lundgren, Eric Roberts, Randy Couture, Steve Austin, Gisele Itié, Charisma Carpenter, David Zayas, Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger.
Charlie Puma Ares.
Hubo un tiempo, lo juro, en el que nos pirrábamos por ir al cine a ver una película de Sylvester Stallone. Era una época en la que nos sentíamos felices cuando alquilábamos en el videoclub un VHS de Arnold Schwarzenegger. Todos queríamos ser como Bruce Willis en ‘La Jungla de Crital’. Los amigos se reunían en cuadrilla en la casa de alguno que la tenía libre para ver juntos una buena película de acción (o de terror) y devorar palomitas entre las risas que provocaba que el malo de turno recibiera una buena ración de hostias bien dadas.
Luego, llegó un mal día en el que nos hicimos mayores y los críticos de cine nos quisieron meter en la cabeza que ese tipo de películas no eran más que una basura inmunda, que aquello no era cine y que arderíamos en los putos infiernos por entretenernos con semejantes subproductos. Y la verdad es que lo consiguieron. Influenciados por esa ladina y torticera forma de pensar, ahora muchos niegan que en su día disfrutaran con nuestros héroes de antaño y reniegan del género de acción. Los expertos cinematográficos de mayor relumbrón, curtidos en la escuela del bostezo, trataron de convencernos de que Stallone y Schwarzenegger no eran actores. Eran armarios (¿De IKEA, quizás?) Estas lumbreras del séptimo arte acribillan con ‘ceros’ desde tiempos inmemoriales cualquier trabajo en el que aparezcan dos secuencias con un mínimo de movimiento de bíceps y tratan de llevarnos por el buen camino explicándonos que lo que debemos hacer es consumir cine de calidad. Producto nacional, preferentemente. Bueno, pues yo ahora me cisco en sus puñeteras cabezas y voy a hablar de ‘Los Mercenarios’. Básicamente para que se fastidien y les salga espuma por la boca.
Vamos al grano
‘Los Mercenarios’ no engaña absolutamente a nadie. Es lo que es, da lo que promete, y al que no le guste este tipo de cine, qué se yo, pues que se vaya a coger amapolas al campo, como diría Guti. Se trata de lo que algunos (como yo) califican como ‘cine cazurro’ (a mucha honra, por cierto), es decir, cine dirigido por y para hombres. Así que absténganse los chicos de llevar a novias, amigas y mujeres a ver esta película, salvo en el caso de que la pareja en cuestión sea fanática de las películas en las que se reparten pescozones y tiros como panes. Porque amigos, eso es lo que ves en ‘Los Mercenarios’. Tiros, más tiros, hostias, más hostias, puñetazos, tíos partidos a la mitad, decapitaciones, explosiones, golpes, persecuciones, emboscadas, saltos imposibles, malos hijos de puta, sangre, carnicerías, músculos…
La película, para qué negarlo, tiene un puntazo fabuloso e irrepetible. Se habrán fijado que en el primer párrafo citaba a Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger y Bruce Willis. Bien, pues no era casualidad. Y es que resulta que el trío de ases del cine de acción de los 80 y 90, amigos y socios fundadores de la cadena de restaurantes Planet Hollywood, ¡aparecen juntos por primera vez en una pantalla de cine! Son dos minutos con veinticinco segundos en los que los fanáticos del género pueden ver cumplido el sueño de infancia de juntar a los auténticos fenómenos de masas de antaño en una misma película. Esta secuencia justifica, para muchos, el pago de la entrada.
¿De qué va?
Un grupo de profesionales de elite, muy grandullones ellos de tanto desayunar Tosta Ricas con mantequilla y merendar mucha Nocilla y Pralín de Zahor, reciben el encargo de acabar con el dictador de una república bananera y bla, bla, bla… ¿Pero de verdad estáis interesados en el argumento? Algunos seguro que querrían rociarme con gasolina y jugar con cerillas por mencionar el término “argumento” al hablar de una película de tiros. Pero a ver, es que todas, todas las películas tienen un argumento y un guión. Luego este podrá ser más o menos elaborado, más o menos profundo, más o menos aburrido, pero todo filme tiene un argumento y un guión. Y si la película es de golpes y patadas, el guión tendrá que versar sobre golpes y patadas. Las películas no son buenas o malas según el género. Dentro de cada género habrá películas buenas y malas. El problema es que para la gran mayoría de los críticos, las películas de acción son siempre malas. Pues no, señores, no. Hay películas de acción buenas y películas de acción malas. Y ‘Los Mercenarios’, pese a quien le pese, es una gran película de acción. Como ya he dicho, no engaña a nadie y da lo que promete. ¿Me entienden?
La película confirma a Jason Statham como el número uno entre los actores de acción actuales. Protagoniza uno de los mejores momentos de la cinta cuando acude a una cancha de baloncesto para hostiarle bien la cara al novio de su ex, a la que el muy perraco maltrata. No defiende a su novia, defiende a su ex novia, que para más narices le había puesto una cornamenta como la del toro de las pipas Facundo. Todo un caballero. El caso es que se presenta ante el abusón y su cuadrilla de amigotes y allí mismo les pega una somanta de palos de las de no levantarse en una semana. Grande Statham.
No quiero olvidarme de la resurrección de Dolph Lundgren, al que Stallone ha rescatado del pozo del olvido para volverlo a poner en circulación. A sus 52 tacos, el sueco que encarnara en su día al inolvidable Ivan Drago en 'Rocky IV' demuestra estar en un estado de forma excelente y calca su papel de bueno que se hace malo, que puede ser muy malo, pero que acaba siendo otra vez bueno. Y no voy a entrar en más detalles para no destapar una de las sorpresas de la película. Aunque bueno, casi ya la he destapado. En fin. ¿Qué más da? El caso es que en Hay que estar al Loro nos alegramos mucho de volver a ver en pantalla grande a nuestro idolatrado Dolph Lundgren.
El reparto coral nos permite disfrutar de la presencia de nuestro querido Mickey Rourke (muy buena la secuencia de su monólogo), de la elasticidad del gran Jet Li (al que ya vimos con Statham en ‘El Asesino’), de los desperfectos que causa el pequeño trabuco automático de Terry Crews y del combate entre los luchadores profesionales Randy Couture y Steve Austin, que se soban el morro de lo lindo. La aparición de rostros populares, al más puro estilo de ‘El Último Gran Héroe’, nos deja contemplar a David Zayas (el sargento Batista de la genial 'Dexter') haciendo de malo de la función y a Eric Roberts (sí, sí, el hermano de Julia) haciendo de súper malo capullo. Muchos han echado de menos en el reparto a Jean Claude Van Damme, a Steven Seagal y a Chuck Norris. Hubiera sido la leche, aunque no sé si había sitio para más gente en los camerinos del rodaje.
En resumen, donde los cinéfilos recalcitrantes de los periódicos convencionales ven a un pelotón de mastuerzos haciendo el saltimbanqui entre humo y explosiones, algunos somos capaces de ver, con perdón, una película entretenidísima. Una buena ración de testosterona ideal para desconectar de los rigores del verano. ¿Algún problema?
Año: 2010.
Duración: 100 minutos.
Género: Acción.
Director: Sylvester Stallone.
Reparto: Sylvester Stallone, Jason Statham, Jet Li, Terry Crews, Mickey Rourke, Dolph Lundgren, Eric Roberts, Randy Couture, Steve Austin, Gisele Itié, Charisma Carpenter, David Zayas, Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger.
Charlie Puma Ares.
Hubo un tiempo, lo juro, en el que nos pirrábamos por ir al cine a ver una película de Sylvester Stallone. Era una época en la que nos sentíamos felices cuando alquilábamos en el videoclub un VHS de Arnold Schwarzenegger. Todos queríamos ser como Bruce Willis en ‘La Jungla de Crital’. Los amigos se reunían en cuadrilla en la casa de alguno que la tenía libre para ver juntos una buena película de acción (o de terror) y devorar palomitas entre las risas que provocaba que el malo de turno recibiera una buena ración de hostias bien dadas.
Luego, llegó un mal día en el que nos hicimos mayores y los críticos de cine nos quisieron meter en la cabeza que ese tipo de películas no eran más que una basura inmunda, que aquello no era cine y que arderíamos en los putos infiernos por entretenernos con semejantes subproductos. Y la verdad es que lo consiguieron. Influenciados por esa ladina y torticera forma de pensar, ahora muchos niegan que en su día disfrutaran con nuestros héroes de antaño y reniegan del género de acción. Los expertos cinematográficos de mayor relumbrón, curtidos en la escuela del bostezo, trataron de convencernos de que Stallone y Schwarzenegger no eran actores. Eran armarios (¿De IKEA, quizás?) Estas lumbreras del séptimo arte acribillan con ‘ceros’ desde tiempos inmemoriales cualquier trabajo en el que aparezcan dos secuencias con un mínimo de movimiento de bíceps y tratan de llevarnos por el buen camino explicándonos que lo que debemos hacer es consumir cine de calidad. Producto nacional, preferentemente. Bueno, pues yo ahora me cisco en sus puñeteras cabezas y voy a hablar de ‘Los Mercenarios’. Básicamente para que se fastidien y les salga espuma por la boca.
Vamos al grano
‘Los Mercenarios’ no engaña absolutamente a nadie. Es lo que es, da lo que promete, y al que no le guste este tipo de cine, qué se yo, pues que se vaya a coger amapolas al campo, como diría Guti. Se trata de lo que algunos (como yo) califican como ‘cine cazurro’ (a mucha honra, por cierto), es decir, cine dirigido por y para hombres. Así que absténganse los chicos de llevar a novias, amigas y mujeres a ver esta película, salvo en el caso de que la pareja en cuestión sea fanática de las películas en las que se reparten pescozones y tiros como panes. Porque amigos, eso es lo que ves en ‘Los Mercenarios’. Tiros, más tiros, hostias, más hostias, puñetazos, tíos partidos a la mitad, decapitaciones, explosiones, golpes, persecuciones, emboscadas, saltos imposibles, malos hijos de puta, sangre, carnicerías, músculos…
La película, para qué negarlo, tiene un puntazo fabuloso e irrepetible. Se habrán fijado que en el primer párrafo citaba a Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger y Bruce Willis. Bien, pues no era casualidad. Y es que resulta que el trío de ases del cine de acción de los 80 y 90, amigos y socios fundadores de la cadena de restaurantes Planet Hollywood, ¡aparecen juntos por primera vez en una pantalla de cine! Son dos minutos con veinticinco segundos en los que los fanáticos del género pueden ver cumplido el sueño de infancia de juntar a los auténticos fenómenos de masas de antaño en una misma película. Esta secuencia justifica, para muchos, el pago de la entrada.
¿De qué va?
Un grupo de profesionales de elite, muy grandullones ellos de tanto desayunar Tosta Ricas con mantequilla y merendar mucha Nocilla y Pralín de Zahor, reciben el encargo de acabar con el dictador de una república bananera y bla, bla, bla… ¿Pero de verdad estáis interesados en el argumento? Algunos seguro que querrían rociarme con gasolina y jugar con cerillas por mencionar el término “argumento” al hablar de una película de tiros. Pero a ver, es que todas, todas las películas tienen un argumento y un guión. Luego este podrá ser más o menos elaborado, más o menos profundo, más o menos aburrido, pero todo filme tiene un argumento y un guión. Y si la película es de golpes y patadas, el guión tendrá que versar sobre golpes y patadas. Las películas no son buenas o malas según el género. Dentro de cada género habrá películas buenas y malas. El problema es que para la gran mayoría de los críticos, las películas de acción son siempre malas. Pues no, señores, no. Hay películas de acción buenas y películas de acción malas. Y ‘Los Mercenarios’, pese a quien le pese, es una gran película de acción. Como ya he dicho, no engaña a nadie y da lo que promete. ¿Me entienden?
La película confirma a Jason Statham como el número uno entre los actores de acción actuales. Protagoniza uno de los mejores momentos de la cinta cuando acude a una cancha de baloncesto para hostiarle bien la cara al novio de su ex, a la que el muy perraco maltrata. No defiende a su novia, defiende a su ex novia, que para más narices le había puesto una cornamenta como la del toro de las pipas Facundo. Todo un caballero. El caso es que se presenta ante el abusón y su cuadrilla de amigotes y allí mismo les pega una somanta de palos de las de no levantarse en una semana. Grande Statham.
No quiero olvidarme de la resurrección de Dolph Lundgren, al que Stallone ha rescatado del pozo del olvido para volverlo a poner en circulación. A sus 52 tacos, el sueco que encarnara en su día al inolvidable Ivan Drago en 'Rocky IV' demuestra estar en un estado de forma excelente y calca su papel de bueno que se hace malo, que puede ser muy malo, pero que acaba siendo otra vez bueno. Y no voy a entrar en más detalles para no destapar una de las sorpresas de la película. Aunque bueno, casi ya la he destapado. En fin. ¿Qué más da? El caso es que en Hay que estar al Loro nos alegramos mucho de volver a ver en pantalla grande a nuestro idolatrado Dolph Lundgren.
El reparto coral nos permite disfrutar de la presencia de nuestro querido Mickey Rourke (muy buena la secuencia de su monólogo), de la elasticidad del gran Jet Li (al que ya vimos con Statham en ‘El Asesino’), de los desperfectos que causa el pequeño trabuco automático de Terry Crews y del combate entre los luchadores profesionales Randy Couture y Steve Austin, que se soban el morro de lo lindo. La aparición de rostros populares, al más puro estilo de ‘El Último Gran Héroe’, nos deja contemplar a David Zayas (el sargento Batista de la genial 'Dexter') haciendo de malo de la función y a Eric Roberts (sí, sí, el hermano de Julia) haciendo de súper malo capullo. Muchos han echado de menos en el reparto a Jean Claude Van Damme, a Steven Seagal y a Chuck Norris. Hubiera sido la leche, aunque no sé si había sitio para más gente en los camerinos del rodaje.
En resumen, donde los cinéfilos recalcitrantes de los periódicos convencionales ven a un pelotón de mastuerzos haciendo el saltimbanqui entre humo y explosiones, algunos somos capaces de ver, con perdón, una película entretenidísima. Una buena ración de testosterona ideal para desconectar de los rigores del verano. ¿Algún problema?
sábado, 21 de agosto de 2010
HONG KONG PHOOEY LE ROMPE UN BRAZO A JACKIE CHAN EN UN COMBATE DE EXHIBICIÓN
El Primer Congreso Internacional de Cine de Acción y Artes Marciales sigue adelante pese al percance
Chu Lin.
El famoso actor Jackie Chan ha sido ingresado en Urgencias con una rotura de cúbito y radio provocada por un golpe seco que le propició el no menos famoso Hong Kong Phooey durante un combate de exhibición. Los hechos tuvieron lugar en el Gimnasio Gym Tonic de Acapulco, donde este fin de semana se está celebrando el Primer Congreso Internacional de Cine de Acción y Artes Marciales. El evento, al que ha acudido lo más granado del gremio del cine de hostias y mamporros, está siendo un éxito arrollador de asistencia sólo ensombrecido por el infortunio sufrido por el pobre Jackie Chan.
Uno de los momentos más esperados entre los actos programados en el Congreso consistía en el enfrentamiento de varias estrellas de las artes marciales en combates de exhibición para mostrar diferentes variantes y técnicas de lucha procedentes del Extremo Oriente. En el primer round, Jackie Chan y Hong Kong Phooey comenzaron a hacer gala de sus particulares cualidades. “Empezaron suave, pero a Jackie Chan se le escapó una pequeña patada voladora mal dirigida que rozó en la oreja derecha de Hong Kong Phooey”, explica Steven Seagal, que estaba a pie de tarima esperando su turno para medirse a Jean Claude Van Damme. “Phooey parece que no se tomó demasiado bien lo de que le tocaran la oreja y pasó a emplearse con más fuerza”, añade Seagal, que observó cómo los dos rivales “se iban calentando con el paso de los segundos” hasta “atizarse” ya de verdad. “Mira, ni combate de exhibición ni leches. Al final, se estaban hostiando con todas las de la ley”, matiza un Jean Claude Van Damme que barruntaba que la cosa no podía acabar bien.
Efectivamente, Jackie Chan trató de clavar sus dedos en los ojos de Hong Kong Phooey y el perro karateka esquivó el ataque para, a continuación, soltar un guantazo con el que fracturó el cúbito y el radio del actor chino. “Vaya hostia le soltó el chucho”, comenta Van Damme. “Vi que a Chan le colgaba el brazo por la mitad y me asusté mucho. En seguida me metí de por medio para separarles, porque Hong Kong Phooey quería volverle a dar”, apunta Van Damme. Efectivamente, según confirman los presentes, de no ser por la intervención del actor francófono, Hong Kong Phooey hubiera lanzado contra Chan una media patada en la cara para rematarle y lanzarlo al suelo. “Tampoco hacía mucha falta”, relata Tony Jaa, “Jackie estaba ya sobre el entablado llorando de dolor. Lloraba como un nene. Fíjate tú, con los palos y hostias que se ha comido a lo largo de su carrera cinematográfica”, apostilla uno de los primeros espadas del Muay Thai.
No hay dolor
La grave lesión de Jackie Chan provocó la suspensión de los siguientes dos enfrentamientos: Steven Seagal-Jean Claude Van Damme y Jet-Li-Michael Dudikoff. Las asistencias médicas se llevaron en camilla a Jackie Chan para hacerle unas radiografías y ponerle el brazo en cabestrillo con una buena escayola. Al mismo tiempo, se iniciaba un pequeño debate entre los presentes para tratar de dilucidar la responsabilidad de lo ocurrido. “La culpa ha sido de Jackie Chan, que ha peleado con demasiada fuerza”, dice Jason Statham. Por su parte, Vin Diesel no lo tiene tan claro y acusa al can de “picarse y emplearse con demasiada hostilidad”. No obstante, reconoce que Hong Kong Phooey le cae “de puta madre”, con perdón. Entre los Kung Fu Kids había división de opiniones y terminaron a patadas.
Agasajado por los numerosos medios de comunicación presentes, Hong Kong Phooey accedió a realizar declaraciones en las que dejó manifiestamente claro que no tenía un ápice de arrepentimiento por lo que había sucedido. A la pregunta de si acudiría a visitar a Jackie Chan al hospital, Phooey respondía que si que iría, “para escribirle en la escayola un ‘te jodes’ y firmársela”. Al parecer, las cosas no han acabado bien entre las dos figuras del kárate.
Sigue el Congreso
Incidentes al margen, la organización del Congreso Internacional de Cine de Acción y Artes Marciales ha confirmado que el resto de actos programados para el fin de semana siguen en pie. Mañana domingo a las 11:00 AM, Bud Spencer y Terence Hill firmarán autógrafos y affiches al público asistente. A las 12:00 tendrá lugar una mesa simposio en la que Woody Allen, Lars von Trier e Isabel Coixet analizarán en detalle la filmografía del reputado director Aaron Norris. A las 15:00 horas Lorenzo Lamas presentará su último trabajo, Snake Eater VII. Dolph Lundgren promocionará la última película de Stallone, ‘The Expendables’ a lo largo de la tarde. El público asistente podrá también visitar una exposición de pósters de películas de acción y pujar en una subasta en la que se podrán adquirir objetos como una camiseta de la película ‘Action Jackson’ firmada y entregada en persona al ganador por el propio Carl Weathers. También se subastará, entre otras muchas cosas, un Wildey, el pistolón que utilizó el desaparecido Charles Bronson en 'Death Wish III'. También habrá cine al aire libre. Se proyectarán los filmes ‘Retroceder Nunca, Rendirse Jamás’ y ‘Remo: Desarmado y Peligroso’.
El broche de oro al Congreso será la entrega, a media noche, de la Galleta de Oro a Chuck Norris por su extenso currículum en el mundo del celuloide. “Nadie ha repartido más galletas en la gran pantalla que Chuck”, comenta Milla Jovovich, que será la encargada de entregar el trofeo al veterano actor, que a la chita callando, ha alcanzado los 70 años y sigue entrenándose para romperle la cara a quien haga falta. Cuidado. ¡Hay que estar al Loro!
Chu Lin.
El famoso actor Jackie Chan ha sido ingresado en Urgencias con una rotura de cúbito y radio provocada por un golpe seco que le propició el no menos famoso Hong Kong Phooey durante un combate de exhibición. Los hechos tuvieron lugar en el Gimnasio Gym Tonic de Acapulco, donde este fin de semana se está celebrando el Primer Congreso Internacional de Cine de Acción y Artes Marciales. El evento, al que ha acudido lo más granado del gremio del cine de hostias y mamporros, está siendo un éxito arrollador de asistencia sólo ensombrecido por el infortunio sufrido por el pobre Jackie Chan.
Uno de los momentos más esperados entre los actos programados en el Congreso consistía en el enfrentamiento de varias estrellas de las artes marciales en combates de exhibición para mostrar diferentes variantes y técnicas de lucha procedentes del Extremo Oriente. En el primer round, Jackie Chan y Hong Kong Phooey comenzaron a hacer gala de sus particulares cualidades. “Empezaron suave, pero a Jackie Chan se le escapó una pequeña patada voladora mal dirigida que rozó en la oreja derecha de Hong Kong Phooey”, explica Steven Seagal, que estaba a pie de tarima esperando su turno para medirse a Jean Claude Van Damme. “Phooey parece que no se tomó demasiado bien lo de que le tocaran la oreja y pasó a emplearse con más fuerza”, añade Seagal, que observó cómo los dos rivales “se iban calentando con el paso de los segundos” hasta “atizarse” ya de verdad. “Mira, ni combate de exhibición ni leches. Al final, se estaban hostiando con todas las de la ley”, matiza un Jean Claude Van Damme que barruntaba que la cosa no podía acabar bien.
Efectivamente, Jackie Chan trató de clavar sus dedos en los ojos de Hong Kong Phooey y el perro karateka esquivó el ataque para, a continuación, soltar un guantazo con el que fracturó el cúbito y el radio del actor chino. “Vaya hostia le soltó el chucho”, comenta Van Damme. “Vi que a Chan le colgaba el brazo por la mitad y me asusté mucho. En seguida me metí de por medio para separarles, porque Hong Kong Phooey quería volverle a dar”, apunta Van Damme. Efectivamente, según confirman los presentes, de no ser por la intervención del actor francófono, Hong Kong Phooey hubiera lanzado contra Chan una media patada en la cara para rematarle y lanzarlo al suelo. “Tampoco hacía mucha falta”, relata Tony Jaa, “Jackie estaba ya sobre el entablado llorando de dolor. Lloraba como un nene. Fíjate tú, con los palos y hostias que se ha comido a lo largo de su carrera cinematográfica”, apostilla uno de los primeros espadas del Muay Thai.
No hay dolor
La grave lesión de Jackie Chan provocó la suspensión de los siguientes dos enfrentamientos: Steven Seagal-Jean Claude Van Damme y Jet-Li-Michael Dudikoff. Las asistencias médicas se llevaron en camilla a Jackie Chan para hacerle unas radiografías y ponerle el brazo en cabestrillo con una buena escayola. Al mismo tiempo, se iniciaba un pequeño debate entre los presentes para tratar de dilucidar la responsabilidad de lo ocurrido. “La culpa ha sido de Jackie Chan, que ha peleado con demasiada fuerza”, dice Jason Statham. Por su parte, Vin Diesel no lo tiene tan claro y acusa al can de “picarse y emplearse con demasiada hostilidad”. No obstante, reconoce que Hong Kong Phooey le cae “de puta madre”, con perdón. Entre los Kung Fu Kids había división de opiniones y terminaron a patadas.
Agasajado por los numerosos medios de comunicación presentes, Hong Kong Phooey accedió a realizar declaraciones en las que dejó manifiestamente claro que no tenía un ápice de arrepentimiento por lo que había sucedido. A la pregunta de si acudiría a visitar a Jackie Chan al hospital, Phooey respondía que si que iría, “para escribirle en la escayola un ‘te jodes’ y firmársela”. Al parecer, las cosas no han acabado bien entre las dos figuras del kárate.
Sigue el Congreso
Incidentes al margen, la organización del Congreso Internacional de Cine de Acción y Artes Marciales ha confirmado que el resto de actos programados para el fin de semana siguen en pie. Mañana domingo a las 11:00 AM, Bud Spencer y Terence Hill firmarán autógrafos y affiches al público asistente. A las 12:00 tendrá lugar una mesa simposio en la que Woody Allen, Lars von Trier e Isabel Coixet analizarán en detalle la filmografía del reputado director Aaron Norris. A las 15:00 horas Lorenzo Lamas presentará su último trabajo, Snake Eater VII. Dolph Lundgren promocionará la última película de Stallone, ‘The Expendables’ a lo largo de la tarde. El público asistente podrá también visitar una exposición de pósters de películas de acción y pujar en una subasta en la que se podrán adquirir objetos como una camiseta de la película ‘Action Jackson’ firmada y entregada en persona al ganador por el propio Carl Weathers. También se subastará, entre otras muchas cosas, un Wildey, el pistolón que utilizó el desaparecido Charles Bronson en 'Death Wish III'. También habrá cine al aire libre. Se proyectarán los filmes ‘Retroceder Nunca, Rendirse Jamás’ y ‘Remo: Desarmado y Peligroso’.
El broche de oro al Congreso será la entrega, a media noche, de la Galleta de Oro a Chuck Norris por su extenso currículum en el mundo del celuloide. “Nadie ha repartido más galletas en la gran pantalla que Chuck”, comenta Milla Jovovich, que será la encargada de entregar el trofeo al veterano actor, que a la chita callando, ha alcanzado los 70 años y sigue entrenándose para romperle la cara a quien haga falta. Cuidado. ¡Hay que estar al Loro!
lunes, 26 de julio de 2010
HAY QUE ESTAR AL LORO EN LA PLAYA
Mitch Buchannon nos da unos sabios consejos a tener en cuenta durante la presente temporada de baño
Un reportaje de Macario, el becario.
Estamos inmersos en la campaña de playa. Vacaciones infernales, vacaciones infernales. Vacaciones, infernales, para ti, como cantaba Alaska hace ya más de dos décadas. El sol está en lo alto y nos abrasa con un calor asfixiante que nos ahoga mientras los rayos solares achicharran como cangrejos a los domingueros que lucen sus panzas peludas y a las domingueras que sacan sus domingas a pasear. Hay que ponerse morenos, que el sol es bueno para el calcio de los huesos. Ya lo decían nuestras abuelas. Así que extendemos nuestra toalla, nos quedamos en bañador y nos tumbamos con el MP-3 a todo trapo. Y así durante varias horas. Cuando ya estás negro como un tizón o rojo como un tomate te levantas y… ¿dónde está la ropa? Pero, si la había dejado aquí al lado. ¿Y la riñonera? ¡Y tenía las llaves del Golf dentro! ¡Y la cartera! ¡Hostia puta! ¡Me han robado! ¡A renovar el DNI, el carné de conducir, anular las tarjetas del banco…! Espera, espera, que es más gorda todavía. ¡Que se han llevado también mi súper móvil de última generación! ¡Y estoy lleno de arena y en tanga!
Seamos sinceros. ¿A quién no le ha pasado esto alguna vez? Bueno, a mí no. Y seguro que a ninguno de los lectores de Hay que estar al Loro tampoco. Pero bueno, es verano y los becarios tenemos que sacar temas de donde sea para rellenar. Y qué mejor que uno de estos reportajes tan útiles y educativos de cara al periodo estival. Ya saben. “Cuando se vaya de vacaciones, recuerde cerrar la puerta”. Nos ha jodido. Y cuando bajas a tirar la basura también hay que cerrar la puerta. “Los cacos no descansan”. Pues por eso mismo.
En fin. Que nos desviamos del tema. Hemos pasado una mañana con el mítico vigilante de la playa Mitch Buchannon para que nos ilustre con su profesional punto de vista respecto a las medidas que debemos tener en cuenta a la hora de pasar un día en la playa. Y es que de playas, Mitch sabe un cojón. “Lo primero que hay que hacer es darse cremita en la cara, brazos y espalda para que el sol no te queme”, relata Buchannon. Qué interesante, madre mía. Espero que tengan ustedes poco que hacer y terminen de leer el reportaje. Lo siento, pero creo que todo va a ir en la misma línea. Voy a probar a colarle alguna pregunta indiscreta para intentar sacar algún titular jugoso. “Sí, la verdad es que me molesta que me llamen Mari…nero de playa y chulo de piscina”, responde Buchannon. ¡Ya hay titular! MITCH BUCHANNON: No soy un chulo de piscina.
Según el macizo vigilante del calzón naranja, es primordial que antes de que nos tumbemos en la arena para tomar el sol, dejemos todas nuestras cosas de valor dentro de una bolsa con candado y que la tengamos delante de nuestros morros para que ningún mal nacido nos robe. “Las playas están infectadas de chorizos y mangantes. Traperos y zarrapastrosos, siempre dispuestos a desvalijar a los pobres y cándidos bañistas que se duermen tumbados y que no saben que se lo están poniendo a huevo a los malos”, comenta Mitch indignado.
Quizás por eso, harto de contemplar el dolor de los indefensos veraneantes, un día decidió compaginar su faceta de socorrista con la de detective privado. Un ‘Vigilante de la Noche’. Que por cierto, dicho así, parece el título de una película del malogrado Charles Bronson. “Sí, por el día corría por la playa con Pamela Anderson y por la noche corría por detrás de los malvados criminales. Pero al final, no tenía tiempo para dormir y tuve que dejarlo. Era la playa o los bajos fondos de la ciudad y, francamente, me atrae más verle el trasero a las chicas que vienen a las tumbonas”, relata, muy cuco, Mitch Buchannon.
Más consejos playeros. “No hay que meterse en el agua después de comer. Hay que esperar entre dos horas y media y tres horas para que no te de un corte de digestión”, comenta el vigilante de la playa por antonomasia, que con semejantes consejos se asemeja un poco al Abuelo Cebolleta. También nos sugiere que nos metamos en el agua sólo hasta donde cubre, que huyamos de las medusas, que no tiremos latas y botellas a la arena y que no usemos flotadores con cabeza de pato, que están muy pasados de moda. Pero, sin duda, el mejor de todos los consejos fue el que nos dejó para terminar el encuentro. Nuestro amigo Mitch nos deleitó con un viejo hit de Puturrú de Fuá. “No te olvides de la toalla cuando vayas a la playa…”.
Y recuerden, en la playa, Hay que estar al Loro.
Un reportaje de Macario, el becario.
Estamos inmersos en la campaña de playa. Vacaciones infernales, vacaciones infernales. Vacaciones, infernales, para ti, como cantaba Alaska hace ya más de dos décadas. El sol está en lo alto y nos abrasa con un calor asfixiante que nos ahoga mientras los rayos solares achicharran como cangrejos a los domingueros que lucen sus panzas peludas y a las domingueras que sacan sus domingas a pasear. Hay que ponerse morenos, que el sol es bueno para el calcio de los huesos. Ya lo decían nuestras abuelas. Así que extendemos nuestra toalla, nos quedamos en bañador y nos tumbamos con el MP-3 a todo trapo. Y así durante varias horas. Cuando ya estás negro como un tizón o rojo como un tomate te levantas y… ¿dónde está la ropa? Pero, si la había dejado aquí al lado. ¿Y la riñonera? ¡Y tenía las llaves del Golf dentro! ¡Y la cartera! ¡Hostia puta! ¡Me han robado! ¡A renovar el DNI, el carné de conducir, anular las tarjetas del banco…! Espera, espera, que es más gorda todavía. ¡Que se han llevado también mi súper móvil de última generación! ¡Y estoy lleno de arena y en tanga!
Seamos sinceros. ¿A quién no le ha pasado esto alguna vez? Bueno, a mí no. Y seguro que a ninguno de los lectores de Hay que estar al Loro tampoco. Pero bueno, es verano y los becarios tenemos que sacar temas de donde sea para rellenar. Y qué mejor que uno de estos reportajes tan útiles y educativos de cara al periodo estival. Ya saben. “Cuando se vaya de vacaciones, recuerde cerrar la puerta”. Nos ha jodido. Y cuando bajas a tirar la basura también hay que cerrar la puerta. “Los cacos no descansan”. Pues por eso mismo.
En fin. Que nos desviamos del tema. Hemos pasado una mañana con el mítico vigilante de la playa Mitch Buchannon para que nos ilustre con su profesional punto de vista respecto a las medidas que debemos tener en cuenta a la hora de pasar un día en la playa. Y es que de playas, Mitch sabe un cojón. “Lo primero que hay que hacer es darse cremita en la cara, brazos y espalda para que el sol no te queme”, relata Buchannon. Qué interesante, madre mía. Espero que tengan ustedes poco que hacer y terminen de leer el reportaje. Lo siento, pero creo que todo va a ir en la misma línea. Voy a probar a colarle alguna pregunta indiscreta para intentar sacar algún titular jugoso. “Sí, la verdad es que me molesta que me llamen Mari…nero de playa y chulo de piscina”, responde Buchannon. ¡Ya hay titular! MITCH BUCHANNON: No soy un chulo de piscina.
Según el macizo vigilante del calzón naranja, es primordial que antes de que nos tumbemos en la arena para tomar el sol, dejemos todas nuestras cosas de valor dentro de una bolsa con candado y que la tengamos delante de nuestros morros para que ningún mal nacido nos robe. “Las playas están infectadas de chorizos y mangantes. Traperos y zarrapastrosos, siempre dispuestos a desvalijar a los pobres y cándidos bañistas que se duermen tumbados y que no saben que se lo están poniendo a huevo a los malos”, comenta Mitch indignado.
Quizás por eso, harto de contemplar el dolor de los indefensos veraneantes, un día decidió compaginar su faceta de socorrista con la de detective privado. Un ‘Vigilante de la Noche’. Que por cierto, dicho así, parece el título de una película del malogrado Charles Bronson. “Sí, por el día corría por la playa con Pamela Anderson y por la noche corría por detrás de los malvados criminales. Pero al final, no tenía tiempo para dormir y tuve que dejarlo. Era la playa o los bajos fondos de la ciudad y, francamente, me atrae más verle el trasero a las chicas que vienen a las tumbonas”, relata, muy cuco, Mitch Buchannon.
Más consejos playeros. “No hay que meterse en el agua después de comer. Hay que esperar entre dos horas y media y tres horas para que no te de un corte de digestión”, comenta el vigilante de la playa por antonomasia, que con semejantes consejos se asemeja un poco al Abuelo Cebolleta. También nos sugiere que nos metamos en el agua sólo hasta donde cubre, que huyamos de las medusas, que no tiremos latas y botellas a la arena y que no usemos flotadores con cabeza de pato, que están muy pasados de moda. Pero, sin duda, el mejor de todos los consejos fue el que nos dejó para terminar el encuentro. Nuestro amigo Mitch nos deleitó con un viejo hit de Puturrú de Fuá. “No te olvides de la toalla cuando vayas a la playa…”.
Y recuerden, en la playa, Hay que estar al Loro.
martes, 20 de julio de 2010
25 AÑOS DE UN VERANO CATÓDICO MARAVILLOSO
El sábado 20 de julio de 1985 se emitió el primer capítulo de 'El Equipo A' en España
Lou Grant.
La generación que vivió y creció en los años 80 jugaba en la calle, coleccionaba cromos, destrozaba zapatillas y pantalones en el patio del colegio, aporreaba los botones de las máquinas recreativas de las tiendas de chuches, corría en bicicleta, se dejaba los piños en los adoquines tras caerse de los monopatines, guerreaba con los Montaplex, devoraba caramelos Sugus, se divertía con las Game & Watch de Nintendo, compraba cintas TDK para grabar los juegos del Sinclair Spectrum, molestaba con la Mano Loca, estrellaba sus coches Guisval contra los Majorette, construía castillos Exin, elegía entre los Playmobil o los Airgam Boys, botaba barcos de Tente, sabía bailar una peonza… y veía la tele.
Hoy puede parecer mentira, pero hubo un tiempo en el que la televisión, ese electrodoméstico que actualmente escupe basura y ponzoña a diario, era un entretenimiento de lujo. Los que se acercan y los que sobrepasan la treintena recuerdan con especial cariño un extenso grupo de series y personajes con los que compartieron horas y horas de ocio, entretenimiento y diversión.
Con la llegada del periodo estival los críos disfrutábamos de nuestras merecidas vacaciones y la televisión cambiaba su programación adaptando contenidos y horarios al público infantil y juvenil. Vamos, igualito, igualito a lo que sucede hoy en día. Los seriales de adultos daban paso a las aventuras veraniegas de los héroes televisivos y la oferta de dibujos animados y programas de corte lúdico se ampliaba de manera notable.
Ahora se cumple un cuarto de siglo de la emisión de un ramillete de series de televisión absolutamente legendarias. Y es que en el verano de 1985, los jóvenes y pequeños pudimos disfrutar con las historias de ‘V’, ‘El Gran Héroe Americano’, ‘El Coche Fantástico’ o ‘El Equipo A’. Precisamente tal día como hoy de hace 25 años se emitió por TVE el primer capítulo de la famosa serie creada por Stephen J. Cannell y Frank Lupo.
‘El Equipo A’
El sábado 13 de julio de aquel grandioso 85 los televidentes pudimos ver el último episodio de ‘V’, la serie que, sin lugar a dudas, fue el auténtico fenómeno social del año. La desaparecida revista Teleindiscreta daba fe de ello, agotando sus ejemplares como rosquillas gracias a la chavalería que coleccionaba las pegatinas y pósters con los personajes de la serie de los malvados lagartos zampa-roedores. Mike Donovan, Diana, Julie, Ham Tyler, Kyle, Willy y los visitantes fueron seguidos por una legión millonaria de incondicionales que semana tras semana se sentaban delante de la televisión como putos clavos cada sábado a las 19:35 horas. El final de ‘V’ dejaba un hueco en la parrilla televisiva que fue ocupado por el serial de nuestros mercenarios favoritos.
El 20 de julio, Hannibal Smith, M.A. Baracus, Fénix y Murdock entraron en nuestras casas a través de la pequeña pantalla y aún sobreviven como soldados de fortuna en nuestras memorias colectivas. Los cuatro veteranos de Vietnam, encarcelados por un delito que no habían cometido, no tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidos y, cada siete días, veíamos cómo ayudaban a quien requería sus servicios para implantar la justicia y poner en su sitio a algún mal nacido abusón de los cojones. Y siempre montados en su famosa furgoneta GMC de color negro. Poco a poco, los honrados justicieros fueron convirtiéndose en parte de nuestras vidas y durante los siguientes tres años pudimos contemplar los estériles esfuerzos del Coronel Decker por dar caza al Equipo A. Derryck Lynch y el General Fulbright tampoco tuvieron más suerte. Las periodistas Amy Amanda Allen y Tawnia Baker echaban una mano a nuestros intrépidos amigos temporadas antes de que Frankie Santana se uniera al equipo para trabajar a las órdenes del General Hunt Stockwell.
‘El Equipo A’ era una serie cojonuda. No lo neguemos. Nos lo pasábamos bomba con unas historias simples que seguían una estructura idéntica en cuanto a planteamiento, nudo y desenlace semana tras semana. Pero la violencia sin sangre, las explosiones, las persecuciones y el carisma de sus personajes nos cautivaron. ¿Quién no ha pronunciado alguna vez la mítica frase de “me encanta que los planes salgan bien” con la que Hannibal cerraba muchos episodios? ¿Quién no se descojonaba con las ocurrencias del loco H.M. Murdock? ¿Quién no recuerda el miedo atroz a las alturas que sufría M.A.? Y quién no desearía disponer de las dotes de ligón del apuesto Templeton Peck? (Por no hablar de su precioso Chevrolet Corvette).
Pero como ya hemos apuntado, durante aquel fabuloso verano hubo más series que nos dejaron marcados para siempre. De lunes a viernes, a las 15:35 horas, contemplábamos las increíbles y desternillantes desventuras del pobre profesor Ralph Hinkley en ‘El Gran Héroe Americano’. Con su traje de Supermán regalo de unos alienígenas, el personaje interpretado por William Katt trataba de ayudar al agente del FBI Bill Maxwell, papel que encarnaba el recientemente fallecido Robert Culp, al que desde Hay que estar al Loro queremos brindar un merecido recuerdo. En esta serie también pudimos ver a Connie Selleca, Michael Paré y a Faye Grant.
‘El Coche Fantástico’
El 1 de agosto, finalizada la temporada de ‘El Gran Héroe Americano’, llegaba a nuestras vidas otro mito televisivo de los ochenta. ‘El Coche Fantástico’ era una trepidante aventura de un hombre que no existía en un mundo lleno de peligros. Michael Long, un policía veterano de Vietnam, era herido de un disparo en la cara. El moribundo multimillonario Wilton Knight se hacía cargo del agente facilitándole un nuevo rostro y una nueva identidad. Michael Knight era el elegido para tripular al sofisticado KITT, un Pontiac Firebird Trans AM de color negro con inteligencia artificial. El vehículo, dotado de una extensa e increíble gama de artilugios, era el legado del magnate para luchar contra el crimen a través de su Fundación para la Ley y el Orden. La serie, un éxito rotundo entre los jóvenes de la época, fue la catapulta al estrellato para David Hasselhoff, que daba vida al joven solitario embarcado en una cruzada para salvar la causa de los inocentes, los indefensos, los débiles, dentro de un mundo de criminales que operan al margen de la ley.
Para resolver sus casos y misiones, KITT y Michael Knight (sitúo en primer lugar al coche porque para muchos el precioso Pontiac era el verdadero protagonista) sorteaban un sinfín de peligros que ponían a prueba la estabilidad emocional de Devon Miles (Edward Mulhare), que dirigía la Fundación tras la muerte de Wilton Knight. Sin embargo, cualquier problema o avería era rápidamente resuelto por la mecánica Bonnie Barstow, interpretada por la guapísima Patricia McPherson. Bueno, en la segunda temporada los productores tomaron la descacharrante idea de sustituir a Bonnie por April Curtis (Rebecca Holden), que si bien se abría más su mono de trabajo y enseñaba más canalillo, no tenía tanto carisma como Bonnie. Y además Bonnie era más guapa, qué cojones. El caso es que el público no se tomó el cambio demasiado bien y Patricia McPherson regresó a ‘El Coche Fantástico’ en la tercera temporada. Ayyyyy. Cuantos dieron saltos con sus BMX, Torrot o BH California imaginando que pilotaban a KITT en lugar de una bicicleta. Y quién no diría alguna vez la famosa frase de “se parece al Coche Fantástico” cuando veía, ocasionalmente, un automóvil deportivo de cualquier pelaje que no fuera un Seat 128 Sport.
Desde luego, no se puede negar que 1985 fue un gran año para la televisión. Al margen de las series veraniegas que acabamos de destacar, a lo largo de los diferentes meses de aquel año pudimos disfrutar de otros grandes clásicos como ‘El Trueno Azul’, ‘M.A.S.H.’, ‘Fama’, ‘El Superagente 86’, ‘Mike Hammer’ o ‘Mascarada’. Nuestros padres veían ‘El Pájaro Espino’ y seguían las andanzas de la pérfida Angela Channing en ‘Falcon Crest’. Los viernes a la noche nos reuníamos toda la familia alrededor del Telefunken para ver el ‘Un, Dos, Tres’ de Mayra Gómez Kemp, el ‘Entre Amigos’ de José Luis Moreno o el ‘Como Pedro por su Casa’ de Pedro Ruiz. Los sábados a la mañana teníamos cita obligada con ‘La Bola de Cristal’ y por la tarde con ‘David el Gnomo’. Los domingos nos entreteníamos con ‘El Inspector Gadget’. Y había muchos más dibujos, muchos. ‘Lucky Luke’, 'Nils Holgersson', 'Tao Tao' … Entre semana, al salir de la escuela, merendábamos viendo el ‘Barrio Sésamo’ de Espinete y Don Pimpón. Eran los tiempos de una televisión mucho más educativa que la actual, que mezclaba programas como ‘Más vale Prevenir’ con espacios musicales como ‘Tocata’ o concursos como ‘Si lo sé, no Vengo’…
Sí. Desde luego, los que fuimos telespectadores en el 1985 no nos podemos quejar de lo que vimos. Algunos dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor. Desde luego, en lo que a televisión se refiere, no hay ninguna duda. ¡Y todo con sólo dos canales! (Los más afortunados, eso sí, también podían disponer de sus respectivas autonómicas). ¡La hostia, chavalines!
Lou Grant.
La generación que vivió y creció en los años 80 jugaba en la calle, coleccionaba cromos, destrozaba zapatillas y pantalones en el patio del colegio, aporreaba los botones de las máquinas recreativas de las tiendas de chuches, corría en bicicleta, se dejaba los piños en los adoquines tras caerse de los monopatines, guerreaba con los Montaplex, devoraba caramelos Sugus, se divertía con las Game & Watch de Nintendo, compraba cintas TDK para grabar los juegos del Sinclair Spectrum, molestaba con la Mano Loca, estrellaba sus coches Guisval contra los Majorette, construía castillos Exin, elegía entre los Playmobil o los Airgam Boys, botaba barcos de Tente, sabía bailar una peonza… y veía la tele.
Hoy puede parecer mentira, pero hubo un tiempo en el que la televisión, ese electrodoméstico que actualmente escupe basura y ponzoña a diario, era un entretenimiento de lujo. Los que se acercan y los que sobrepasan la treintena recuerdan con especial cariño un extenso grupo de series y personajes con los que compartieron horas y horas de ocio, entretenimiento y diversión.
Con la llegada del periodo estival los críos disfrutábamos de nuestras merecidas vacaciones y la televisión cambiaba su programación adaptando contenidos y horarios al público infantil y juvenil. Vamos, igualito, igualito a lo que sucede hoy en día. Los seriales de adultos daban paso a las aventuras veraniegas de los héroes televisivos y la oferta de dibujos animados y programas de corte lúdico se ampliaba de manera notable.
Ahora se cumple un cuarto de siglo de la emisión de un ramillete de series de televisión absolutamente legendarias. Y es que en el verano de 1985, los jóvenes y pequeños pudimos disfrutar con las historias de ‘V’, ‘El Gran Héroe Americano’, ‘El Coche Fantástico’ o ‘El Equipo A’. Precisamente tal día como hoy de hace 25 años se emitió por TVE el primer capítulo de la famosa serie creada por Stephen J. Cannell y Frank Lupo.
‘El Equipo A’
El sábado 13 de julio de aquel grandioso 85 los televidentes pudimos ver el último episodio de ‘V’, la serie que, sin lugar a dudas, fue el auténtico fenómeno social del año. La desaparecida revista Teleindiscreta daba fe de ello, agotando sus ejemplares como rosquillas gracias a la chavalería que coleccionaba las pegatinas y pósters con los personajes de la serie de los malvados lagartos zampa-roedores. Mike Donovan, Diana, Julie, Ham Tyler, Kyle, Willy y los visitantes fueron seguidos por una legión millonaria de incondicionales que semana tras semana se sentaban delante de la televisión como putos clavos cada sábado a las 19:35 horas. El final de ‘V’ dejaba un hueco en la parrilla televisiva que fue ocupado por el serial de nuestros mercenarios favoritos.
El 20 de julio, Hannibal Smith, M.A. Baracus, Fénix y Murdock entraron en nuestras casas a través de la pequeña pantalla y aún sobreviven como soldados de fortuna en nuestras memorias colectivas. Los cuatro veteranos de Vietnam, encarcelados por un delito que no habían cometido, no tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidos y, cada siete días, veíamos cómo ayudaban a quien requería sus servicios para implantar la justicia y poner en su sitio a algún mal nacido abusón de los cojones. Y siempre montados en su famosa furgoneta GMC de color negro. Poco a poco, los honrados justicieros fueron convirtiéndose en parte de nuestras vidas y durante los siguientes tres años pudimos contemplar los estériles esfuerzos del Coronel Decker por dar caza al Equipo A. Derryck Lynch y el General Fulbright tampoco tuvieron más suerte. Las periodistas Amy Amanda Allen y Tawnia Baker echaban una mano a nuestros intrépidos amigos temporadas antes de que Frankie Santana se uniera al equipo para trabajar a las órdenes del General Hunt Stockwell.
‘El Equipo A’ era una serie cojonuda. No lo neguemos. Nos lo pasábamos bomba con unas historias simples que seguían una estructura idéntica en cuanto a planteamiento, nudo y desenlace semana tras semana. Pero la violencia sin sangre, las explosiones, las persecuciones y el carisma de sus personajes nos cautivaron. ¿Quién no ha pronunciado alguna vez la mítica frase de “me encanta que los planes salgan bien” con la que Hannibal cerraba muchos episodios? ¿Quién no se descojonaba con las ocurrencias del loco H.M. Murdock? ¿Quién no recuerda el miedo atroz a las alturas que sufría M.A.? Y quién no desearía disponer de las dotes de ligón del apuesto Templeton Peck? (Por no hablar de su precioso Chevrolet Corvette).
Pero como ya hemos apuntado, durante aquel fabuloso verano hubo más series que nos dejaron marcados para siempre. De lunes a viernes, a las 15:35 horas, contemplábamos las increíbles y desternillantes desventuras del pobre profesor Ralph Hinkley en ‘El Gran Héroe Americano’. Con su traje de Supermán regalo de unos alienígenas, el personaje interpretado por William Katt trataba de ayudar al agente del FBI Bill Maxwell, papel que encarnaba el recientemente fallecido Robert Culp, al que desde Hay que estar al Loro queremos brindar un merecido recuerdo. En esta serie también pudimos ver a Connie Selleca, Michael Paré y a Faye Grant.
‘El Coche Fantástico’
El 1 de agosto, finalizada la temporada de ‘El Gran Héroe Americano’, llegaba a nuestras vidas otro mito televisivo de los ochenta. ‘El Coche Fantástico’ era una trepidante aventura de un hombre que no existía en un mundo lleno de peligros. Michael Long, un policía veterano de Vietnam, era herido de un disparo en la cara. El moribundo multimillonario Wilton Knight se hacía cargo del agente facilitándole un nuevo rostro y una nueva identidad. Michael Knight era el elegido para tripular al sofisticado KITT, un Pontiac Firebird Trans AM de color negro con inteligencia artificial. El vehículo, dotado de una extensa e increíble gama de artilugios, era el legado del magnate para luchar contra el crimen a través de su Fundación para la Ley y el Orden. La serie, un éxito rotundo entre los jóvenes de la época, fue la catapulta al estrellato para David Hasselhoff, que daba vida al joven solitario embarcado en una cruzada para salvar la causa de los inocentes, los indefensos, los débiles, dentro de un mundo de criminales que operan al margen de la ley.
Para resolver sus casos y misiones, KITT y Michael Knight (sitúo en primer lugar al coche porque para muchos el precioso Pontiac era el verdadero protagonista) sorteaban un sinfín de peligros que ponían a prueba la estabilidad emocional de Devon Miles (Edward Mulhare), que dirigía la Fundación tras la muerte de Wilton Knight. Sin embargo, cualquier problema o avería era rápidamente resuelto por la mecánica Bonnie Barstow, interpretada por la guapísima Patricia McPherson. Bueno, en la segunda temporada los productores tomaron la descacharrante idea de sustituir a Bonnie por April Curtis (Rebecca Holden), que si bien se abría más su mono de trabajo y enseñaba más canalillo, no tenía tanto carisma como Bonnie. Y además Bonnie era más guapa, qué cojones. El caso es que el público no se tomó el cambio demasiado bien y Patricia McPherson regresó a ‘El Coche Fantástico’ en la tercera temporada. Ayyyyy. Cuantos dieron saltos con sus BMX, Torrot o BH California imaginando que pilotaban a KITT en lugar de una bicicleta. Y quién no diría alguna vez la famosa frase de “se parece al Coche Fantástico” cuando veía, ocasionalmente, un automóvil deportivo de cualquier pelaje que no fuera un Seat 128 Sport.
Desde luego, no se puede negar que 1985 fue un gran año para la televisión. Al margen de las series veraniegas que acabamos de destacar, a lo largo de los diferentes meses de aquel año pudimos disfrutar de otros grandes clásicos como ‘El Trueno Azul’, ‘M.A.S.H.’, ‘Fama’, ‘El Superagente 86’, ‘Mike Hammer’ o ‘Mascarada’. Nuestros padres veían ‘El Pájaro Espino’ y seguían las andanzas de la pérfida Angela Channing en ‘Falcon Crest’. Los viernes a la noche nos reuníamos toda la familia alrededor del Telefunken para ver el ‘Un, Dos, Tres’ de Mayra Gómez Kemp, el ‘Entre Amigos’ de José Luis Moreno o el ‘Como Pedro por su Casa’ de Pedro Ruiz. Los sábados a la mañana teníamos cita obligada con ‘La Bola de Cristal’ y por la tarde con ‘David el Gnomo’. Los domingos nos entreteníamos con ‘El Inspector Gadget’. Y había muchos más dibujos, muchos. ‘Lucky Luke’, 'Nils Holgersson', 'Tao Tao' … Entre semana, al salir de la escuela, merendábamos viendo el ‘Barrio Sésamo’ de Espinete y Don Pimpón. Eran los tiempos de una televisión mucho más educativa que la actual, que mezclaba programas como ‘Más vale Prevenir’ con espacios musicales como ‘Tocata’ o concursos como ‘Si lo sé, no Vengo’…
Sí. Desde luego, los que fuimos telespectadores en el 1985 no nos podemos quejar de lo que vimos. Algunos dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor. Desde luego, en lo que a televisión se refiere, no hay ninguna duda. ¡Y todo con sólo dos canales! (Los más afortunados, eso sí, también podían disponer de sus respectivas autonómicas). ¡La hostia, chavalines!
lunes, 19 de julio de 2010
ENTREVISTA CON NARANJITO, MASCOTA DE ESPAÑA 82
“¿Lo mejor de Sudáfrica? El triunfo de España y el beso de Casillas a Sara Carbonero”
Tal y como nos había prometido, nuestro querido cítrico vuelve a concedernos una exclusiva para repasar el glorioso Mundial de 2010 una semana después de nuestro triunfo
Deportes.
Concluyó el Campeonato del Mundo de Fútbol. El Mundial de las vuvuzelas, de Larissa Riquelme, del dichoso Jabulani, del leopardo Zakumi, del Waka Waka… El Pulpo Paul pasará a los anales por su trabajo de adivino, clavando todos los pronósticos que le pusieron por delante acerca de los partidos disputados. Pero queremos recordar que hace poco más de un mes, Naranjito hablaba con nosotros ante el inminente comienzo del torneo y también hacía su vaticinio.
Hay que estar al Loro. ¡Se impuso el corazón a la cabeza!
NARANJITO. ¡Sí, tío, sí! ¡Somos campeones, somos campeones! ¡Oeeeee, oeee, oeee, oeeee!
HQEAL. Charlamos la víspera de la inauguración y decías que la cabeza te decía que ganaba Argentina pero que el corazón apostaba por una victoria de España.
NARANJITO. Sí. Tenía esa corazonada, que España por fin levantaría la Copa del Mundo. Pensaba que Argentina haría un mejor papel, pero Messi no explotó y los goles de Higuaín no bastaron. Aunque francamente, presentarse en un Mundial a estas alturas con Verón y Palermo… Claro, les cogió Alemania y los crujió.
HQEAL. ¿Qué selección te ha gustado más?
NARANJITO. Jopé, vaya pregunta. Pues la nuestra, por supuesto. Ojo, que tampoco es que hayamos hecho un fútbol de fantasía. Pero ha sido de largo la mejor selección del Mundial. Yo paso del taka-taka y esas chorradas. Hay que jugar bien, sí, pero lo primero es trabajar, competir y ganar. Punto. Si trabajas bien y te esfuerzas, más que suficiente. Si luego ganas, pues mejor, tú, la leche. Y si encimas haces muchas filigranas y tonterías de esas que os gustan tanto a los de la prensa, pues mira, mejor que mejor.
HQEAL. ¿A qué jugadores de la Selección destacarías?
NARANJITO. A todo el bloque en general. Tenemos una generación de futbolistas increíble. Casillas ha sido grandioso con sus intervenciones, Sergio Ramos ha estado colosal subiendo y bajando, Capdevilla ha cumplido con creces, Piqué ha sido un cerrojo, Puyol igual y además marcó un golazo contra Alemania. Busquets ha hecho el trabajo sucio con gran maestría y Xabi Alonso igual. Xavi a lo suyo, Villa una máquina e Iniesta… qué te voy a decir de Iniesta. Su gol lo recordaremos hasta el fin de los días. Y no me quiero olvidar del resto de los integrantes de la Selección. Todos han estado geniales, igual que el míster, el Súperintendente Vicente, Del Bosque, claro, y todo su equipo de colaboradores.
HQEAL. ¡Y qué crack Pepe Reina en la celebración de Madrid!
NARANJITO. ¡Qué salao! Además de buen portero es adorable. ¡Menudo show! Yo es que me meaba de la risa cuando empezó a citar uno por uno a todos sus compañeros. ¡Qué tío el Reina!
HQEAL. ¿Algún equipo más te ha gustado a lo largo del torneo, o sólo has tenido ojitos para los nuestros?
NARANJITO. A ver, Alemania me ha gustado muchísimo. Tienen un equipazo y están formando un bloque joven y muy competitivo que va a dar mucha guerra. La semifinal Alemania-España fue como una final anticipada. Hay que estar al Loro con los germanos, que nos encontraremos de nuevo las caras en la próxima Eurocopa.
HQEAL. ¿Y Holanda? ¿Cómo has visto a la Naranja Mecánica?
NARANJITO. Exprimida en la Final. ¡Ja, ja, ja! Soy la hostia, ¿eh? No, en serio. Buen equipo el de Holanda, pero repartieron demasiados palos contra España. Renunciaron a la típica imagen del patrón de juego holandés basado en el toque y en la técnica. Pero a lo largo del Mundial han hecho buenos partidos y tumbaron a Brasil, que me ha decepcionado mucho. Los de los Países Bajos tienen también un buen equipo. Robben y Sneijder lo han hecho de puta madre. Son buenísimos. En el Real Madrid deben estar contentos con los descartes que hacen.
HQEAL. ¿Naranjito ha tenido simpatías por la Selección Orange?
NARANJITO. Qué chiste más malo, je, je. Hombre, son simpáticos y tienen un bonito color de camiseta. Pero te aseguro que en la Final iba con los nuestros.
HQEAL. No lo dudamos, no lo dudamos. ¿Qué tal con las vuvuzelas?
NARANJITO. Buffff. Al principio, el artilugio de marras tenía su gracia. Pero acabó siendo cansino de narices. No es gratificante estar viendo un partido con la sensación de que un gigantesco enjambre de abejas pulula a tu alrededor dispuesto a abrasarte a aguijonazos en cualquier momento. ¡Qué pesadez!
HQEAL. ¿Y qué te ha parecido la canción oficial del Waka Waka?
NARANJITO. Está bien. Pero como las vuvuzelas. Al final, de tanto escucharla he acabado un poco quemado con la canción. Igual que con la de Bisbal.
HQEAL. Y de la Novia del Mundial, Larissa Riquelme, ¿también has acabado quemado?
NARANJITO. ¿La de Paraguay? Joder. Pedazo Melones. ¡No hubiera estado mal que ganaran el Mundial los sudamericanos, porque prometió desnudarse en caso de una victoria paraguaya! ¿Te imaginas?
HQEAL. Ehhh… ¿pero en qué planeta vives, Naranjito? Pero si se ha desnudado de todas formas. Tras caer con España dijo que se desnudaba para recompensar el trabajo de los futbolistas de su país. Y luego se desnudó apoyando a España en el Interviú.
NARANJITO. ¡Qué me dices! ¿Qué ya se ha puesto en domingas? No sé por qué me da que esta chica es un poco exhibicionista. Esa manera de guardar el teléfono móvil… En fin, cambiemos de tema o de lo contrario a mi novia Clementina le van a entrar los celos.
HQEAL. De acuerdo, de acuerdo. Vamos a ir concluyendo. ¿Qué ha sido lo mejor del Mundial?
NARANJITO. Está muy claro. El triunfo de España… ¡y el beso de Casillas a Sara Carbonero! Menuda forma de poner el broche de oro a una final. Fue un momento impresionante, algo tierno, hermoso y precioso.
HQEAL. Ya te digo, ¡menudo momentazo! ¡Eso merece terminar en boda!
NARANJITO. ¡Qué románticos que somos!
HQEAL. ¿De quién te acordaste con el gol de Iniesta?
NARANJITO. Hombre, tras el gol me tiré como media hora botando y cantando el tanto hasta desgañitarme y quedarme afónico. Más tarde me acordé de todos los que han soñado con vivir un hito deportivo de tal magnitud y no han conseguido verlo. Me acordé de los que ya no están con nosotros y no han podido disfrutar de esta enorme satisfacción colectiva. Me acordé de los que vivieron las decepciones de antiguas citas mundialistas. Me acordé de todos los grandísimos futbolistas que han pasado por la Selección y que, por desgracia, no llegaron a tocar el cielo a pesar de merecerlo. Y de la liberación que deben sentir futbolistas como Cardeñosa, Eloy, Julio Salinas y tantos otros. Y me acordé también de toda la gente que lo está pasando mal, por unos motivos u otros, y aunque sólo sea por un instante pudieron saborear un trozo de alegría y felicidad.
HQEAL. Amén. No digo más. ¿Nos vemos en la Eurocopa?
NARANJITO. Nos veremos antes, amigo. Nos veremos antes. Un abrazo. ¡CAMPEOOOOOOOONES, CAMPEOOOONES, OEEEEEEEE, OEEEEEEEEEEE, OEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!
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